Los estudiantes son escritores y lectores de forma convencional, entienden las funciones sociales del lenguaje y lo usan de manera adecuada de acuerdo con la situación planteada.
Que se revisen los manuales de convivencia es importante, pero desde la realidad de cada escuela y no orientado desde los lindos escritorios de Bogotá.
Desarrollé una fórmula química que permitió a los alumnos combinar los elementos claves para fundir la ciencia con su vida cotidiana sin confundir los enlaces para su futuro.