La edad, el tiempo y la falta de habilidad son algunas de las excusas que buscamos los seres humanos para no aprender un segundo idioma y que también, frenan la oportunidad de ser bilingüe.
Desarrollé una fórmula química que permitió a los alumnos combinar los elementos claves para fundir la ciencia con su vida cotidiana sin confundir los enlaces para su futuro.
Esta aplicación móvil, exclusiva para dispositivos iOS, permite que estudiantes con dificultades lingüísticas mejoren sus habilidades de vocabulario y expresión
Un factor que, si lo lográramos, cambiaría la ecuación del aprendizaje; de la misma forma en que confirmaría la existencia de una partícula fundamental, una gran teoría del universo.