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Conociendo el mundo a través de una pantalla

Los intercambios estudiantiles incrementan la visión global del alumnado al descubrir nuevas cosmovisiones, permiten desarrollar competencias y habilidades que permanecerían dormidas.

Agosto 1, 2021

Una de las partes más esperadas por pate de los estudiantes es poder irse a otro país y aventurarse a probar experiencias inimaginables, conocer otras culturas, comidas y adquirir conocimiento desde otra perspectiva. Se necesita aproximadamente un año para planear el “viaje de tu vida”, poner en orden los papeles solicitados, completar todos los requisitos necesarios, y así poder irte de intercambio. 

Sin embargo, ningún procedimiento nos preparó para hacer frente a la llegada de la COVID-19 y a los cambios que se harían. Ni siquiera los más precavidos pudieron haber previsto que, de la noche a la mañana, los preparativos de todo un año se cancelarían en cuestión de horas, arrebatándonos así la oportunidad de vivir una de las mejores experiencias que se tienen como universitario. 

Mientras que algunos podrán retomar sus planes de intercambio más adelante, cuando la pandemia ya esté más controlada, otros perdieron su única oportunidad de irse, tal como me sucedió a mí. En mi caso, estaba dispuesta a atrasarme un semestre con tal de poder ir a Australia, estudiar en la Universidad de Melbourne y aprender un poco más sobre los programas de salud mental con los que cuenta la universidad, para ver si en México se podría consolidar algo similar. Sin embargo, la pandemia lo impidió. 

Los intercambios se cancelaron y a los que ya se encontraban en el extranjero se les pidió regresar si así lo deseaban. Muchos planes se cancelaron por completo, mientras que otros se pospusieron por lo que, en un inicio, se creyó que sería un semestre. Actualmente no se sabe exactamente cuánto tiempo más durarán las restricciones. 

En un comienzo se esperaba que para enero del 2021 se pudieran reanudar los intercambios estudiantiles. Después de todo, se creía que con las medidas de saneamiento que se implementaron, así como las medidas tomadas por los Estados serían suficiente después de todo ciertas medidas, por más estrictas que se vieran en su comienzo, tenían como único fin salvaguardar la vida y seguridad de las personas. Tal como sucedió en Alemania, cuando el gobierno comunicó que únicamente serían elegibles para visas los estudiantes extranjeros que puedan demostrar que sus estudios no puedan hacerse totalmente en línea. Sin olvidar el cierre temporal de ciertas fronteras, así como el cierre presencial en la mayoría de las universidades, relegando la vida estudiantil a una plataforma online

A pesar de todo, la incertidumbre sigue presente, sobre todo porque dichos intentos parecen fútiles, tomando en consideración que los contagios continúan. Por ello es que las universidades se han visto en la necesidad de adaptarse a la situación presente y hacerle frente lo mejor que se pueda. Ejemplo de ello es el Programa de Intercambio Estudiantil Virtual de la Asociación de Universidades de la Cuenca del Pacífico (APRU) al que se unió la Universidad de Chile. Dicha asociación representa a 200 mil académicos e investigadores y más de 2 millones de estudiantes de las universidades, siendo 60 cursos online los que ofrece estesu programa. La Universidad San Ignacio de Loyola (USIL) tampoco se queda atrás. Con el fin de continuar capacitando a sus estudiantes, ha presentado los Intercambios Académicos Online en conjunto con la Universidad Argentina de la Empresa UADE, Universidad EAN (Colombia), Universidad Ecotec (Ecuador), Universidad del Rosario (Colombia), Universidad Andrés Bello (Chile), Corporación Universitaria Minuto de Dios UNIMINUTO (Colombia), entre otras.

Aunque a simple vista parezca que los intercambios estudiantiles son solamente una excusa para vivir el “viaje de nuestra vida”, son mucho más que eso. “Hacer un semestre de intercambio da una cualificación muy importante al proceso de formación. Esto se convierte en un ‘plus’, habrá un valor agregado académicamente hablando, pero también culturalmente”, afirmó Óscar Dominguez, director ejecutivo de Ascún. 

Los intercambios estudiantiles incrementan la visión global del alumnado al descubrir nuevas cosmovisiones, permiten desarrollar competencias y habilidades que, tal vez de otra manera, permanecerían dormidas, tal como la empatía, responsabilidad, adaptación y resiliencia, por mencionar algunas. 

Si bien no es lo mismo vivir una experiencia internacional en todo el sentido de la palabra, los intercambios virtuales permiten, por lo menos, sumergirse en un escenario educativo diferente, intercambiar opiniones y experiencias con otros estudiantes internacionales y aprender con profesores cuyo método de enseñanza y cosmovisión dista de lo que uno ya está acostumbrado en su universidad. Por ello, si tienes la oportunidad de hacer un intercambio virtual, arriésgate a conocer, aunque sea una parte pequeñísima del mundo, a través de una pantalla. Después de todo, en un futuro no tan lejano, podrás volver a intentar irte de intercambio nuevamente. Si tu caso es como el mío y piensas que ya no hay una segunda oportunidad, déjame decirte que sí la hay. Aunque no seas universitario, puedes vivir una experiencia internacional realizando diplomados o inclusive una maestría en el extranjero. 

Las oportunidades van y vienen, y aunque parezca que se haya ido nuestra “única” oportunidad, ten por seguro que llegarán nuevas oportunidades que te permitirán conocer el mundo más allá que a través de una pantalla, pero hasta que llegue ese momento, permítete conocer lo que puedas, a través de los medios que tengas a tu alcance.

Este artículo fue publicado originalmente en Observatorio.

 


Imagen freepik.es

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Jesús Samuel Orozco Tróchez
Gran Maestro Premio Compartir 2005
Senté las bases firmes para construir una nueva escuela rural donde antes solo había tierra árida y conocimientos perdidos.