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Diagnóstico y clasificaciones del trastorno del espectro autista

No hay marcadores biológicos ni pruebas o procedimientos técnicos para identificar a los niños que cumplen criterios de autismo. Entonces, ¿cómo actuar?

Marzo 28, 2019

El diagnóstico de autismo es básicamente clínico y está basado en las conductas observables y en las características de estas conductas: tipo de  elaciones con las personas (familia, compañeros...), con los objetos y con su entorno en general.

Esta circunstancia es debida a que, hasta el momento del diagnóstico, no hay marcadores biológicos ni pruebas o procedimientos técnicos para identificar a los niños que cumplen criterios de autismo.

Son los profesionales de los centros de desarrollo infantil y atención precoz (CDIAP) y de los centros de salud mental (psiquiatras infantiles y psicólogos clínicos) quienes, con su juicio clínico y basándose en los criterios diagnósticos de las clasificaciones vigentes, confirman el diagnóstico.

Las tres clasificaciones internacionales sobre el autismo y las psicosis infantiles que constituyen, en la actualidad, los principales referentes a la hora de plantear el diagnóstico y la identificación de las características de estos trastornos son:

 

1. Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (American Psychiatric Association), DSM-V4.

El 2 de mayo del 2013, se publicó en Estados Unidos la nueva edición del DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders; Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) de la Asociación Americana de Psiquiatría, hasta ahora DSM-IV-RT. En España la versión traducida se publicará en el 2014.

La importante influencia de este manual diagnóstico hace necesario un recorrido histórico en relación con la clasificación del autismo:

–– En el DSM-I y en el DSM-II (1952 y 1968) el autismo era considerado un síntoma de la esquizofrenia.

–– En el DSM-III (1980) se empezó a hablar de autismo infantil.

–– El DSM-III- R (1987) incluyó el concepto de trastorno autista.

–– En el DSM-IV-TR (2000)5 se definen cinco categorías diagnósticas, dentro de los trastornos generalizados del desarrollo (TGD): trastorno autista, trastorno de Rett, trastorno desintegrativo infantil, trastorno de Asperger y trastorno generalizado del desarrollo no especificado.

–– Finalmente, en el DSM-V (2013)6 se plantea una única categoría, el trastorno del espectro autista (TEA).

Las nuevas aportaciones que aparecen en este nuevo manual son una mayor identificación de las personas afectadas, con la posibilidad de realizar un diagnóstico antes de los tres años de edad. Aun así, se prevé que el sistema de identificación sea mejor también para los adultos.

Es importante destacar que el DSM-V estará vivo en la red, por lo cual no habrá que esperar algunos años para su modificación, de forma que se podrán evitar errores de clasificación.

Las cinco categorías establecidas en el DSM-IV-RT son consideradas arbitrarias, dado que no diferencian entre comorbilidades; es decir, en la concurrencia en una sola persona de dos o más patologías, por lo cual una misma persona puede cambiar de diagnóstico a lo largo de su vida. En este sentido, el DSM-V es más flexible y reconoce que la persona con autismo puede presentar también otras patologías añadidas: depresión, ansiedad, déficit cognitivo, etc.

El trastorno autista se convierte en el único diagnóstico posible de la actual categoría diagnóstica TGD, con la nueva nominación de trastorno del espectro autista. Por lo tanto, la propuesta supone eliminar el resto de categorías diagnósticas (síndrome de Asperger y TGD no especificado, entre otros) como entidades independientes, además de excluir explícitamente el síndrome de Rett de los actuales TGD. El cambio de nombre trata de enfatizar la dimensionalidad del trastorno en las diferentes áreas que se ven afectadas y la dificultad para establecer límites precisos entre los subgrupos.

Diferentes ediciones del manual clasificatorio DSM Con el DSM-V se acentúa la dimensión cualitativa por encima de la cuantitativa, a la vez que se plantea las limitaciones sociales y de la comunicación como un único conjunto de dificultades y no como dos ámbitos separados del desarrollo, teniendo en cuenta, además, que las limitaciones en el lenguaje no son específicas del autismo.

 

2. Clasificación Internacional de los Síndromes y de los Trastornos Psíquicos y del Comportamiento de la OMS (CIE-10)

El concepto TEA no existe como término clasificatorio en el manual de la CIE-10. Esta clasificación utiliza de forma indistinta los términos trastornos generalizados del desarrollo (TGD) y autismo para referirse a trastornos neuroevolutivos que pueden comportar trastornos en el desarrollo de los niños y jóvenes.

Para concretar el diagnóstico se tienen que cumplir un conjunto de ítems (carácter objetivo) que permiten de forma inequívoca que los profesionales acuerden el diagnóstico sin necesidad de observación clínica del niño o joven.

 

3.  La Classification Française des Troubles Mentaux de l’Enfant et de l’Adolescent (CFTMEA R-2012)

La CFTMEA plantea un diagnóstico evolutivo y dinámico en el que se pretende valorar las capacidades del niño y su posible evolución. Esta dimensión permite situar los fenómenos señalados en el diagnóstico en un proceso evolutivo desde el que se puede orientar el posible trabajo educativo y terapéutico.

El proceso de valoración requiere especialización y experticia, y tiene que abarcar: la recogida de información a través de entrevistas con los padres y el hijo/a, la exploración psicopatológica del niño (observación, juego, dibujo...), la información obtenida de otras instituciones implicadas (educativas,  ociales...) y a partir de las exploraciones complementarias que se precisen.

Para la comprensión y análisis del concepto de espectro autista nos tenemos que remitir a Lorna Wing. Esta autora, conjuntamente con Stephen Gould  1979, op. cit.), utilizó el término trastorno de espectro autista (TEA) planteando lo que se conoce como “tríada de Wing”. Más adelante (1988), expuso que las personas situadas en el continuo autista son aquellas que presentan: trastorno de reciprocidad social, trastorno de comunicación verbal y no verbal y ausencia de capacidad simbólica y conducta imaginativa; a los cuales posteriormente añadió los patrones repetitivos de actividad e intereses.

De este modo, el concepto de TEA es utilizado para la noción dimensional de un “continuo” (no una categoría diagnóstica), en el cual se alteran cualitativamente un conjunto de capacidades. El concepto de espectro autista puede ayudarnos a comprender que, cuando se habla de autismo y otros trastornos profundos del desarrollo, se utilizan términos comunes para referirse a personas muy diferentes.

El profesor Ángel Rivière (1992) desarrolló una herramienta, IDEA (Inventario de Espectro Autista), a partir de las dimensiones alteradas en el continuo autista que años atrás había descrito Wing; Rivière describe 12 dimensiones del desarrollo, con 4 niveles de afectación en cada una, siempre alteradas en los TEA; el nivel 1 caracteriza a las personas con un trastorno más severo, niveles cognitivos más bajos, personas que no han recibido un tratamiento adecuado o, en general, personas de corta edad; el nivel 4 caracteriza a las personas con trastornos menos severos, a la vez que define muy bien a las personas que presentan síndrome de Asperger. Estas dimensiones se agrupan de tres en tres, formando cuatro bloques que se corresponden con los cuatro apartados de Wing.

 

4. http://www.dsm5.org/pages/default.aspx

 

5. http://www.unisal.org.ar/doctorados/psicologia/materiales/files/materiales%20cohorte%20011/04%20-%20Psicopatologia/Diapositivas/DSM-IV-TR.pdf

 

6. http://www.psychiatry.org/file%20Library/Practice/DSM/DSM-5/DSM-5-Autism-Spectrum-Disorder-Fact-Sheet.pdf

 

7. La Clasificación Internacional de los Síndromes y de los Trastornos Psíquicos y del Comportamiento de la OMS, la CIE-10, utiliza el término trastornos generalizados del desarrollo en sus diferentes versiones. Propone criterios objetivos, cualitativos y estadísticos, para clasificar los trastornos mentales en la infancia y la adolescencia.http://feafes.org/publicaciones/trastornosmentalescomportamientocie10.pdf

 

8. La Classification Française des Troubles Mentaux de l’Enfant et de l’Adolescent (CFTMEA) surgió de la iniciativa de los psiquiatras infantojuveniles franceses, seguidores de Roger Misès9, que es el autor de ella. En esta clasificación aparece el concepto de autismo tal como lo definió Kanner: psicosis infantil precoz. Con este concepto se pretende definir un proceso clínico susceptible de cambio y mejora a partir de intervenciones terapéuticas.http://www.psychiatrie-francaise.com/data/documents/files/cftmea%20-%20R-2012.pdf

 

9. http://www.sepypna.com/documentos/articulos/mises-actualidad-patologias-limites-nino.pdf

 

Lea el contenido original publicado en la página web de la Editorial Magisterio.

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Jesús Samuel Orozco Tróchez
Gran Maestro Premio Compartir 2005
Senté las bases firmes para construir una nueva escuela rural donde antes solo había tierra árida y conocimientos perdidos.