Equidad y bienestar

La inequidad, en una sociedad como la colombiana, se refleja en las condiciones en que se accede a los derechos que garantiza la Constitución Nacional. Estas diferencias se ven marcadas por razones económicas, sexo, género, orientación sexual, raza, población, nivel de estudios, clase social, entre otras razones por la cuales es necesario que se trabajen desde las políticas públicas, mecanismos de protección y de accesibilidad igualitaria para todas las personas sin distinción en sus condiciones genéticas y sociales.

En el caso de las regiones, las desigualdades más grandes se presentan entre el sector urbano y rural, y la solución a estas desigualdades requiere de un manejo integral, pues un niño con problemas de aprendizaje requiere atención del sector educación, pero también en salud, por lo que las entidades deben coordinarse y trabajar de manera integral, proceso bien difícil de llevar en Colombia, donde un sector no se habla con otro y cada quien hace lo que puede con lo que tiene.

Por eso lo central no es describir los problemas, sino la proposición y puesta en marcha de acciones para el cambio y eso es lo que debe hacer un buen un buen gobernante, quien tiene toda la capacidad de incidir en las políticas públicas. Adicionalmente a lo anterior, se deben definir con claridad el impacto que tienen los diferentes programas que se están llevando a cabo como son el de nutrición en madres gestantes, deserción escolar, decisiones de los jóvenes después de la media, movilidad social, desempleo, salud emocional y exposición a la violencia, reincidencia en jóvenes, contraventores, entre otros.

Para lo anterior, es necesario contar con buena información que es otro de los males con que cuenta el país pues la información disponible por lo general es de acceso limitado o quienes la tienen no la proveen razón por la cual no se puede utilizar, por lo que se cae en la improvisación y el desconocimiento de las políticas de gobiernos anteriores. 

Es necesario romper con ese ciclo de generar políticas de gobierno y no de Estado, pues las primeras son a corto plazo y no resuelven los problemas, mientras que las segundas, que son a largo plazo, sí puede llegar a resolver los inconvenientes a fondo del país.