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Michelle Weise: “Necesitamos diseñar un ecosistema de aprendizaje para el futuro”

Necesitamos mejores herramientas de evaluación y evaluaciones de aprendizaje previas para llevar a cualquier estudiante y calificar dónde están.

Abril 5, 2018

Aquí le presentamos algo ridículo: futuristas y expertos sobre envejecimiento y longevidad ahora están sugiriendo que las primeras personas que vivirán 150 años ya nacieron. Es mucho tiempo para vivir y trabajar. Casi incomprensible: ¿Será que las carreras del futuro durarán 80 o 100 años?

Combinemos esa idea con la velocidad a la que estamos experimentando el cambio de la tecnología. Estamos en un mundo de futuros exponenciales: La ley de Moore es la duplicación de la tasa de la potencia de computación cada dos años, con los avances en el aprendizaje tecnológico y aprendizaje profundo, la automatización amenaza el 47% de la fuerza de los trabajos en Estados Unidos. Casi la mitad de las actividades asociadas con 15 billones de dólares en salarios en la economía global serán potencialmente automatizadas, habrá grandes cifras de ausencia de trabajo, pero también muchos proyectos llenos de creación de trabajo con el incremento de productividad de las máquinas.

Tendremos que preparar a los estudiantes para trabajos que no existen aún. Como ejemplo, en 2014, los diez empleos principales de LinkedIn fueron trabajos que no existían cinco años antes: pasante en redes sociales, desarrollador de (IOS), desarrollador de Android, (cloud) administrador de la nube, (Big data) arquitecto de macrodatos, (UI-UX) o interfaz de usuario/experiencia de usuario como ejemplos: ¿Cuántos de los trabajos nuevos que no existen hoy tendrá una persona en promedio  durante una vida de 150 años?

Los defensores de las artes liberales aman explicar cómo una educación excelente general les enseñará a los estudiantes cómo aprender y seguir haciéndolo toda la vida. Pero dos, cuatro o seis años frente a una vida de trabajo de 100 años suena inadecuado para decir lo menos. El futuro de nuestra nación, la prosperidad económica y la competitividad dependerá de una ciudadanía que se reforme regularmente para el futuro del trabajo.

En estos días los reformadores y evangelistas en educación y las fundaciones prestan mucha atención a la noción del aprendizaje para toda la vida, pero hacemos poco para invertir en los sistemas, arquitectura e infraestructura necesaria para facilitar movimientos dentro y fuera del aprendizaje y trabajo.

Hablar de aprendizaje para toda la vida no se traduce en acción. De hecho, los recursos y el financiamiento son generalmente orientados a la población tradicional de 17 a 22 años que va a la universidad  y, con menor frecuencia, a los adultos que trabajan, la creciente nueva población estudiantil.

Necesitaremos una tesis diferente de inversión: para la mayoría de adultos, tomar tiempo del trabajo para asistir a clases en una institución local, o a una comunidad de educación  institucional de cuatro años no será la respuesta. Los costos de oportunidad serán demasiados altos. Nuestro actual sistema tradicional de educación superior es inapropiado para facilitar la flexibilidad, sin el costo beneficio en los itinerarios de aprendizaje para que estos estudiantes puedan mantenerse al día con la demanda de trabajo emergente.

Actualmente la educación universitaria no ofrece muchas plataformas dentro o fuera  del trabajo. Nuestros sistemas no se han hecho para que los estudiantes naveguen justo a tiempo de los itinerarios de aprendizaje. Si un estudiante no sigue la experiencia de aprendizaje lineal de dos o cuatro años de experiencia de aprendizaje, nosotros no le hacemos fácil que regresen y retomen por sí mismos sus estudios para el futuro. De hecho, solemos castigarlos con las deudas en préstamos educativos.

Incluso ahora, los itinerarios más innovadores donde hay códigos o ventas en campamentos o competencias en línea basadas en alinear las necesidades de la fuerza de trabajo con el itinerario educativo no son lo suficientemente flexibles todavía para la amplia variedad de adultos que trabajan. Y aquellos a quienes necesitan una mayor guia por lo menos para concientizarse de las opciones disponibles.

No podemos extrapolar desde donde estamos hoy para conocer los retos de la fuerza de trabajo del 2030 ó 2040. Nuestro sistema de educación postsecundario tendrá que captar la atención de los estudiantes de manera distinta a la de antes.

Muchos adultos no tienen interés en regresar a la universidad. De los 37 millones de americanos con alguna universidad y no graduados, muchos han fallado ya una o dos veces antes de encontrarse totalmente desinteresados en más trauma en experiencia educativa.

No podemos simplemente decir “Aquí hay un MOOC o aquí hay un grado en línea, o de 6 a 12 semanas de inmersión en un campamento.” Tenemos que hacerlo mejor. Comencemos sembrando los elementos fundamentales de un ecosistema de aprendizaje para el futuro- lo suficientemente flexible para que los adultos se muevan constantemente dentro y fuera del trabajo. Es suficiente de hablar sobre el aprendizaje permanente: Vamos a construirlo.

Mientras intentamos darle sentido a una vida laboral más larga y turbulenta, debemos anticiparnos a que el aprendizaje tendrá que ser episódico y frecuente. Los adultos que trabajan buscarán por verdadera flexibilidad, en demanda de itinerarios educativos que se ajusten a la relevancia económica.

El nuevo ecosistema de aprendizaje tendrá que facilitar transiciones más fluidas dentro y fuera de la fuerza de trabajo. Necesitamos mejores herramientas de evaluación y evaluaciones de aprendizaje previas para llevar a cualquier estudiante y calificar dónde están: ¿Qué capacidades, conjuntos de habilidades y que mentalidades tienen? ¿Cuáles son sus falencias en relación a sus metas de aprendizaje?

Los aprendices que trabajan también necesitan ayuda articulando sus metas de aprendizaje y visionando un futuro para ellos. La gente no sabe cómo pasar sus habilidades de una industria a otra. ¿Cómo empieza un estudiante a entender que el 30% de lo que ya sabe puede ser conectado a un camino totalmente diferente y potencialmente prometedor que ni siquiera sabía que estaba a su alcance?

Los aprendices trabajadores también necesitan mejores mapas de competencias y herramientas para construir sus trayectorias profesionales. Ellos también necesitan mejor información para comprender si algunos casos es mejor obtener una certificación, un nanogrado, un campamento de entrenamiento o un programa de grado para llegar a donde necesitan ir. Una gran parte de nuestro actual mercado educativo es innecesariamente opaco porque no provee fácilmente datos de resultados al nivel del programa para los futuros alumnos.

El ecosistema de aprendizaje del futuro probablemente conlleve fuertes modelos de intercambio de igual a igual con más consumo de información del aprendiz. Crearemos el ‘Amazon marketplace’ de la educación superior donde cualquiera será capaz de acceder a opiniones verificadas de esta u otra micro-credencial. No como las revisiones de otros servicios de consumo.

Nada de esto es necesariamente nuevo, pero la combinación debe tener un potencial disruptivo con la convergencia de múltiples vectores: el modelo de aprendizaje, las tecnologías, los clientes y el modelo de negocios correctos. Una poderosa, plataforma abierta del futuro donde los adultos se pueden empoderar con mejor información, mejores evaluaciones y mejores mapas para una oportunidad maravillosa. Pueden ofrecerse tutorías, consejos o mentoría  justo a tiempo. Los adultos pueden ser capaces de agrupar ofertas de Lynda, Pluralsight, Udemy, Udacity o un MOOC y convertirlos en algo significativo para los empleadores. Quizás aún más importante, esta nueva prueba de maestría debe trasladarse a través de los centros de aprendizaje, los empleadores, y límites del estado.

Tendremos que comenzar diciendo estas cosas en voz alta para prototipar la flexibilidad y fluidez de reciclaje de aprendizajes y mejora de los itinerarios futuros. Uno de los diseños más populares de actividades de  pensamiento creativo y trabajo en equipo es ‘the marshmallow challenge’. Los equipos son provistos con un poco de cinta adhesiva, un cordel, 20 espaguetis, tijeras y un malvavisco. Ellos tienen un corto periodo de tiempo para crear la torre más alta. Cada torre debe tener el malvavisco en la cima. Curiosamente, los estudiantes escolares son los peores en este juego porque gastan mucho tiempo orientándose o analizando el problema mientras compiten por el control. Cuando el tiempo comienza a acabarse, construyen apresuradamente y colocan el malvavisco en la cima. Los equipos más exitosos, por otro lado son los estudiantes de kinder o jardín. ¿Por qué? Ellos inmediatamente ubican el masmelo en distintas estructuras, fallan, intentan de nuevo y construyen repetitivamente.

Si comenzamos escribiendo las historias ridículas acerca del futuro, podemos diseñar por medio de ellas. Podremos detenernos a observar el malvavisco y construir el ecosistema de aprendizaje futuro.

Fuente: EdSurge.

Traducido: Alejandra Franco Rojas.

Imagen: www.edsurge.com

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Vicepresidenta senior de estrategias de fuerza de trabajo y directora de innovación de Strada Education Network.
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María Del Rosario Cubides Reyes
Gran Maestra Premio Compartir 2006
Desarrollé una fórmula química que permitió a los alumnos combinar los elementos claves para fundir la ciencia con su vida cotidiana sin confundir los enlaces para su futuro.