¡Abrirnos a un libro, un pedal y un plumón!

Tres guerreros abrieron tus ojos a una espada una cruz y pendón… son letras del Himno de Bogotá. Pero un momento: ¡ya es hora de cambiar, de decir basta! En nuestro propio himno, el mensaje no es el mejor, sangre, violencia y, ¿dónde está lo bueno? ¿Dónde queda el presente?

Es hora de dar un giro y que pensemos en el poder de un pedal, la importancia de un libro y el valor de un plumón. En tiempos complejos, como el que actualmente vivimos, qué bueno sería concentrarnos en lo que realmente nos sacara adelante y decir definitivamente adiós a esa ancla de violencia e ignorancia que ya bastante mal nos ha hecho.

Es hora de exaltar el valor de la bicicleta, de ese pedal que nos acerca a la educación. Es hora de comprender el papel de la bicicleta en el acceso a la educación a un presente y futuro mejor, más pacífico más sano y, por supuesto, bastante más educado.

Si empezamos desde hoy a generar grupos y redes, ya no para compartir memes, sino para pedir y redistribuir bicicletas y útiles escolares, podremos lograr un cambio significativo. Esa ha sido nuestra experiencia en “Pedalazos que unen pueblos” durante los últimos años.

Que interesante sería si nos planteamos ejercicios en los cuales se invite a rehacer himnos y canciones con mensajes no violentos, como lo es el ejemplo del encabezado, transformándolos en canciones enfocadas al deporte, la hermandad y educación.

La invitación es al cambio de chip, al trabajo en redes y a acompañar y copiar campañas de recolección de útiles escolares. Así, quizá en un futuro cercano, cada niño podrá ir en su bicicleta a la escuela y contar con los útiles necesarios para su aprendizaje.

Desde mi bicicleta, en la que recorro el país con mi campaña “Pedalazos que unen pueblos” para mejorar la educación de las zonas rurales, me despido con estas ideas que les expuse de cambiar la letra de nuestro himno, procurar que cada niño tenga una bicicleta y los útiles necesarios para el aprendizaje.