Aprendiendo de nuestras raíces

A pesar de que la labor como docente hoy en día no tiene el reconocimiento que se merece, he optado por ser agente de transformación social, porque lo importante no es ser reconocida si no crear un cambio en las nuevas generaciones.

Cuando pensamos en las nuevas generaciones, se nos viene a la mente solo los jóvenes de ciudad y nos olvidamos de nuestras raíces, de nuestros hermanos mayores los indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta una de las poblaciones más importantes del territorio Colombiano.

El Gobierno tiene proyectos de educación rural y construye escuelas rurales, pero vamos más allá, vamos a las comunidades indígenas  allí también se encuentran jóvenes, que piensan, que sueñan.

Siempre me ha gustado estar en espacios abiertos, lugares donde la naturaleza es el personaje principal .Tengo la posibilidad de conocer reservas naturales, lagos, entre otros lugares maravillosos gracias a mi mejor amiga. Ella es indígena y hace parte de la comunidad de los Aruhacos. Un día  ella me llevó a su casa, con su comunidad, un día perfecto para pasear cuando se es joven y desea uno uno viajar, divertirse y cambiar de ambiente.

Nunca pensé que en ese lugar encontraría lo que hoy en día es una  de mis metas: ser maestra de la comunidad indígena. No solo he convivido con ellos en espacios libres, gracias a la Institución Escuela Normal Superior “María Auxiliadora” de Santa Marta donde realizo mi formación complementaría como normalista superior, si no que viví una experiencia de ir a una escuela indígena y con  esta salida me di cuenta que es lo que en realidad quiero, de demostrarle  al mundo los conocimientos de nuestros ancestros, su forma de pensar y la formación que ellos brindan considerando que sus conocimientos no se basan en las áreas como la ciencia o la historia, entre otras.

Desde pequeños los forman a ser autosuficientes, inculcándoles la responsabilidad, la importancia de la familia, la unión, el ser agradecido y asimismo sus creencias.

Siento que es de gran importancia conocer esta formación y tenerla en cuenta en nuestro diario vivir, reconociendo que es necesario formarnos en intelecto pero sobre todo en valores.