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¿Cuáles son y cómo trabajar las principales competencias matemáticas?

¿Quiere lograr que su hijo esté listo para la escuela? Con estas opciones no solo le ayudarás a entender mejor las matemáticas, sino que además se divertirán juntos. 

 
Octubre 19, 2022

Los padres de familia cumplen un lugar elemental y vital en la enseñanza temprana de las matemáticas en los más pequeños de las casas: no solo tienen la opción proporcionarles juguetes y entretenimientos lúdicos y disruptivos relacionados con las matemáticas, sino que tienen la capacidad de convertirse en el modelo que demuestra cómo se aplican a las actividades cotidianas sin importar si son situaciones serias o del diario vivir. 

Los estudiantes más pequeños que ven a sus familiares utilizando las matemáticas cada día en sus casas, en sus trabajos, en el supermercado o incluso caminando por un parque, tienen una mayor participación en actividades relacionadas con esta disciplina dentro o fuera del aula de clases. Esto, además de todo, apoya en la formación de habilidades matemáticas tempranas, las cuales serán útiles como base elemental para el aprendizaje posterior de la misma asignatura.

Una serie de investigaciones realizadas por expertos que han dedicado diferentes horas de estudio en el análisis del desarrollo matemático de los niños han concluido que existen cinco habilidades con las que los menores deberían contar antes de la edad escolar, la llamada primaria en la escala educativa. Las posibilidades para aprenderlas están por todas partes, incluso existen actividades simples y divertidas que pueden ayudar a los padres de familia a fomentar estas destrezas en los hogares.

Esto ayudará a que los estudiantes adquieran vocabulario y habilidades necesarias para aprender las temidas matemáticas a su corta edad, teniéndolos ocupados y, al mismo tiempo, divertidos.

1. Contar y conocer el valor numérico

Según el criterio para estudiar una carrera universitaria o ejercer una profesión, se espera que los niños demuestren habilidades simples para contar antes de comenzar los primeros grados de educación. Estas capacidades comprenden contar hasta el número 30, ordenar fichas que estén numeradas, identificar, sin la necesidad de contar, cuántos elementos existen en un conjunto pequeño de elementos y comprender que la cantidad no cambia indistintamente de cómo se organice un conjunto de objetos.

En las actividades cotidianas también se les puede enseñar a los menores de edad a contar y el significado que tiene el valor numérico. Los más pequeños pueden contabilizar, por ejemplo, sus juguetes mientras los recogen o cuántos pasos existen desde la puerta de la casa hasta la acera. Con acciones simples, pero divertidas, los padres pueden señalar los números. Por ejemplo: hacerlo con el reloj en las mañanas o en un teléfono celular mientras miran algún video divertido.

De igual manera, al momento de hacer la compra en cualquier tienda, los padres de familia pueden pedirles que encuentren números mientras están escogiendo algún producto. En el carro o en el transporte público, los mayores de edad pueden enseñarles a leer los números en las matrículas o contar la cantidad de vehículos de cierto color que pasan cerca a ellos. Luego, los padres deben preguntar cuántos carros han pasado para reforzar la idea del valor numérico y generar esa recordación.

Si están buscando algo con mayor gamificación, siempre están los juegos de mesa, los cuales, con el paso del tiempo, se han convertido en herramientas útiles y jocosas para perfeccionar la capacidad de contar y el valor numérico en los más pequeños. Para esto, los adultos solo deben hacer que los niños identifiquen el número en el dado cuando sea su turno y cuente en voz alta cuando mueven su ficha. Esa sencilla actividad hará una mejor recordación. Otros ejemplos de los juegos activos que implican contar en voz alta son saltar la cuerda, jugar a la golosa o contar sus pasos al caminar. 

2. Operaciones y pensamiento algebraico

Se espera que los niños un poco más grandes, en etapa estudiantil de preescolar, resuelvan problemas simples de suma y resta utilizando elementos dentro y fuera del aula de clase. Para esto, los padres pueden lograr que los niños resuelvan problemas matemáticos simples durante las tareas diarias en sus hogares. 

Para poner un ejemplo: pueden pedirles que calculen la cantidad correcta de cubiertos o vasos cuando ayuden a poner la mesa a la hora del desayuno. Recordemos que el lenguaje matemático que los niños escuchan es elemental. Los adultos pueden preguntar: “¿Cuántas cucharas de más necesitamos?”. 

Durante el juego, los padres pueden usar elementos didácticos y decir frases, tales como: “Te voy a dar uno de mis muñecos. Vamos a contar cuántos muñecos tienes ahora”. Otro punto elemental está en las canciones infantiles que incluyan contar en sentido ascendente o descendente. Así como estudiamos las vocales con letras líricas, podemos hacer lo mismo con los números. 

3. Números y operaciones sobre la base de 10

Los niños deben comenzar a entender que el número “diez” está compuesto por 10 elementos de “uno”. Para esto, contar los dedos de las manos y los pies es una excelente manera de hacer énfasis en estos números. 

El dinero, las monedas en particular, es otra forma de enfatizar la cuenta hasta 10 con los más menores. Los tutores pueden jugar en la tienda con sus hijos usando monedas y hacer que “compren” una serie de juguetes por diferentes cantidades. Durante esta actividad, podrían determinar cuántos juguetes pueden comprar con cierta cantidad de dinero.

Ahora bien, si el objetivo está en tener una formación más completa con actividades fuera del aula de clases, siempre existen las clases de matemáticas en línea, las cuales, de acuerdo con investigaciones y estadísticas, han determinado que son una excelente herramienta para trabajar las competencias de los más pequeños. Para eso, acá podemos encontrar este listado de academias en línea para fortalecer no solo las operaciones numéricas, sino extender los conocimientos de toda la asignatura. 

4. Mediciones y datos

Se espera que los niños de primaria clasifiquen los objetos por sus características físicas: forma, color y tamaño, o que identifiquen la propiedad mediante la cual los elementos fueron ordenados. De igual forma, se anhela que ordenen dichos elementos por alguna característica que se pueda medir, como de mayor a menor, por ejemplo. 

En la cocina, los más pequeños de la casa pueden comenzar a experimentar con las mediciones utilizando cucharas o tazas. Los niños pueden ordenar utensilios, ropa o juguetes mientras los guardan. Los juegos de cartas y dados son útiles para hablar sobre la magnitud numérica. 

Además, los niños deben poseer la destreza para comparar objetos y saber el significado de más o menos: más largo o más corto, y más pesado o más liviano. Para este punto, es elemental la ayuda de sus padres con el apoyo en la compresión del uso de estas palabras para darles el concepto de las comparaciones. Cuando los estudiantes ayuden en las tareas domésticas, los padres pueden preguntar, por ejemplo, “¿Puedes darme la cuchara más grande?” o “¿Puedes colocar sobre la mesa los platos más pequeños?”

5. Geometría

Las primeras habilidades geométricas incluyen nombrar e identificar formas de dos dimensiones, tales como círculos, cuadrados y triángulos. Los estudiantes también deben darse cuenta de que las formas de diferentes tamaños, orientaciones y dimensiones poseen similitudes. Los niños deben ser capaces de reconocer que un círculo es como una esfera y usar nombres informales como “cuaderno” y “balón” para identificar objetos tridimensionales.

En este punto, los padres de familia pueden llamar la atención de los niños sobre las figuras geométricas que se encuentran en su casa o cerca en algún parque. En una caminata, los adultos pueden señalar que las ruedas de los vehículos son círculos y luego hacer que los niños encuentren otros objetos similares a su alrededor. 

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Comunicador social y periodista.
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Hoguer Alfredo Cruz Bueno
Gran Maestro Premio Compartir 2009
Logré vincular el aula y la comunidad rural a través de expediciones que marchaban tras la huella de la cultura local en tertulias de lectura que se convirtieron en lugares de encuentro entre los padres, los hijos, los textos y la escuela.