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De la demagogia al debate público, una urgente necesidad de formación política

¿Qué piensa de su decisión de votar? Enchufemos nuestra reflexión a nuestro corazón, a nuestras palabras y a nuestras acciones. 

Junio 18, 2022

Esta es la ciudad y yo soy uno de los ciudadanos; Todo cuanto a los otros interesa, a mí también me interesa, política, guerras, negocios, periódicos, escuelas. Poema Hojas de Hierba de Walt Whitman 

Quiero empezar a dialogar con usted, creo que el mensaje vale tanto para usted como para mí, porque usted como ciudadano de a pie como yo, tenemos en igualdad de condiciones y sin presiones la capacidad y la posibilidad de elegir sobre el destino del país. Pero el ejercicio de esa ciudadanía suya y mía tendrá tal vez mayor responsabilidad si empezamos por preguntarnos: ¿qué queda en usted de aquel o aquella joven o adulto que logró votar en el año 2002 hasta hoy? ¿En qué ha cambiado el país? y de esos cambios ocurridos en el país o en la región ¿Cuáles le han garantizado vivir bien y dignamente? ¿hoy vive mejor? ¿Cuáles son los índices de desempleo, desigualdad, pobreza que vivimos los colombianos hoy? ¿Por qué se inventaron premios para ingresar a la universidad con el engaño del mérito y no garantizar el derecho a la educación como un bien público, por qué no todos los jóvenes que se gradúan como bachilleres merecen el ingreso a la universidad? 

Seguramente usted va a votar el próximo 19 de junio ¿va a votar porque usted pertenece a un partido? O ¿va a votar porque cree que le van a quitar los beneficios que hasta hoy los gobiernos anteriores le han dado? ¿va a votar porque escucha lo que dicen sus amigos por las redes o la televisión sobre que podría pasar si gana X Candidato? ¿ha evaluado qué podría pasarle no sólo a usted sino a todos si gana el candidato de su preferencia o el contrario? ¿Usted ya tiene decidido por quién va votar? ¿Votará por lo que le han dicho o supone, o porque responsablemente ha leído parte del programa político de cada candidato? ¿para usted quién es un buen político? ¿Qué le asegura a usted que el candidato de su preferencia si cumplirá y que el otro no?

Frente al canibalismo producido por la desinformación y por el uso sin criterios de las redes, quiero invitarlo a la discusión pública, ya que es su obligación y la mía, y además porque es una pieza clave de toda propuesta política deliberativa y alternativa como única posibilidad de superar los conflictos de este tipo de prácticas políticas. 

Empecemos por acercarnos a la idea de espacio público, podría entenderse como un ámbito de nuestra vida social, lo que pertenece a una comunidad sin distinción y en el que usted y yo construimos la capacidad de opinar sobre   lo público. La entrada está fundamentalmente abierta a todos los ciudadanos. En cada conversación en la que los individuos privados se reúnen como público se constituye una porción de espacio público. Los ciudadanos se comportan como público, cuando se reúnen y conciertan libremente, sin presiones y con la garantía de poder manifestar y publicar libremente su opinión, sobre las oportunidades de actuar según intereses generales. 

Ahora preguntémonos: ¿qué es aquello que importa al bienestar suyo y mío? ¿Qué nos debe preocupar para que usted y yo estemos en mejores condiciones? 

Por lo que veo, estas preguntas despiertan el hambre por participar en un debate público sobre las cuestiones que realmente nos importan y nos preocupan. Las preguntas nos dan las oportunidades de hablar sobre desigualdad, justicia, lo que nos debemos conversar como ciudadanos. Discutir con otros de manera respetuosa se ha deteriorado. Las redes sociales, que prometían ampliar, profundizar y diversificar el debate público, han hecho lo contrario. Las redes buscan distraernos con publicidad y mucha desinformación. Las redes nos han metido en su juego de insultos, que debilitan nuestra decencia y capacidad de civismo. Las elites políticas han perdido la confianza de los ciudadanos por su incapacidad de tratar los asuntos que sí importan.

Hoy llegamos a pensar de nosotros mismos que solo valemos por lo que consumimos y no como ciudadanos. Tenemos una sensación de desánimo, de desubicación, de falta de pertenencia, de falta de comunidad. Hay un vacío y en ese hueco, hay una rendija por donde pueden meterse los potenciales populismos, que prometen dar voz a la gente que ha sido ignorada y ofrecen una especie de comunidad que se define en términos negativos, expresando sentimientos de rabia, de odio y prácticas de fanatismo. Los partidos políticos por lo menos desde el 2002 no han sido capaces de dar a la gente un sentido de participación y de pertenencia.

Salvemos este país, empecemos por conversar en nuestra familia, en la calle, en nuestro trabajo, en el barrio por el valor de nuestro voto, cuyo sentido es por lo que preocupa, por lo que importa para nuestro bienestar. Pero en verdad, que sea una conversación amistosa, como decía el mensaje ¡tomémonos un tinto y seamos amigos! Que en esa conversación haya ríos de preguntas, montañas de razones y puentes de criterios para saber elegir.

Después de leer y reflexionar, ahora usted ¿qué piensa de su decisión de votar? Enchufemos nuestra reflexión a nuestro corazón, a nuestras palabras y a nuestras acciones. 

 


Imagen freepik.es

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Melva Inés Aristizabal Botero
Gran Maestra Premio Compartir 2003
Abro una ventana a los niños con discapacidad para que puedan iluminar su curiosidad y ver con sus propios ojos la luz de la educación que hasta ahora solo veían por reflejos.