Usted está aquí
De taller en taller
Nuestros colegios se están convirtiendo en carros viejos que viven de taller en taller y no pasa nada.
Pasó un nuevo Día E, sin pena y sin gloria, promovido por el Ministerio de Educación, en el cual, por medio de una cartilla y material multimedia, abren un espacio para que la escuela reflexione sobre su rol, su norte y su consolidación como un equipo transformador.
Infortunadamente en Colombia, este tipo de actividades pululan, y son múltiples los espacios abiertos durante el cronograma escolar con infinidad de talleres para docentes o jornadas pedagógicas que abarcan todos los temas y donde simplemente quedan las anécdotas y muy pocas las propuestas de cambio.
Desde hace algunos años, es frecuente que se paralicen actividades pedagógicas para los estudiantes, por cuenta de las jornadas de capacitación y formación que programan diferentes entidades públicas y privadas, con múltiples finalidades y con la frase de batalla “para beneficiar los procesos de enseñanza-aprendizaje”, con la triste realidad de que son muy pocas las instituciones que pasan del discurso a la praxis y terminan siendo una venta de humo pedagógica.
El concepto taller proviene del francés "atelier", y significa estudio, obrador, obraje, oficina, lo cual, en español simple, significa que es el lugar donde se hace, se construye o se repara algo.
Es decir que la calidad y el mejoramiento no está en que los docentes pasen su año de trabajo de taller en taller, sino en que realmente aproveche, apropie, potencie, discierna, adapte y aproveche esos espacios que realmente sienta que pueden ser significativos para su práctica y beneficiosas para la enseñanza de sus formandos y que impacten positivamente la comunidad.
Definitivamente los talleres con objetivos claros y propuestas interesantes acordes a la realidad y necesidad de la escuela, son necesarios y deben integrarse como herramienta que se evidencien en el aula, en los proyectos y en los buenos resultados.
El error en que se cae es en pensar que todas las instituciones educativas, necesitan lo mismo.
Agréguele a este panorama el poco acompañamiento y seguimiento que se hace.
Por ello, es importante que en nuestro país se valore y resignifique el sentido social, académico y transformador de los talleres para docentes, porque ya vamos en el segundo Día E y no ha pasado nada, siguen embolatando con estadísticas, ranking y tablas dinámicas que, realmente, poco tienen que ver con la enseñanza y la pedagogía, y que terminan siendo más espacios de capacitación para perfeccionar las matrices y el diligenciamiento que exigen las Secretarías de Educación.
Nuestros colegios se están convirtiendo en carros viejos que viven de taller en taller y no pasa nada. ¿No será hora de tener carros de gama más alta?
- 164 lecturas