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Desafíos de la educación formal en Colombia: entre la incertidumbre y la esperanza

¿Estamos los maestros preparados para el desarrollo de la era digital? 

Julio 20, 2017

¿Cuál es nuestro reto para el siglo XXI? ¿Es posible cambiar los estilos de enseñanza? ¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra educación?  Preguntas muy generadoras de controversia, difícil de dar respuestas, en donde todos creemos tener la razón, poseedores de verdades absolutas, convencidos que tener exceso de información significa tener derecho de opinar y hacer juicios sin carecer de investigaciones que soporten lo expresado. Algunos aventureros pesimistas incapaces de ver el mundo diferente se atreven a retroceder pensando que los tiempos pasados fueron mejores.

La educación formal en Colombia ha estado íntimamente ligada a factores políticos implementados por gobiernos que se repartían el poder, tal como lo expresa Francisco Cajiao “los pactos sociales en la educación han tenido diferentes manifestaciones a lo largo del último siglo, dependiendo del contexto general del desarrollo del país y de las prioridades que el Estado ha ido definiendo con respecto a las necesidades de capital humano. El proceso de crecimiento demográfico, la urbanización acelerada y la presión ejercida sobre los gobiernos en relación con la ampliación de la cobertura en la educación básica, marcó un largo período en el cual el servicio educativo público fue asumido de manera muy centralizada por el gobierno, a la vez que la educación privada se expandió de forma notable, en especial en los principales centros urbanos del país. A partir de los noventa, la Asamblea Nacional Constituyente, influida por las corrientes internacionales y por las declaraciones de las grandes cumbres mundiales de educación, replanteó la participación social en el diseño de políticas públicas para los grandes temas nacionales, entre ellos la educación. Con este marco legal se llevaron a cabo dos grandes procesos de concertación nacional: el primero en torno a la Ley General de Educación, y el segundo para la formulación del primer Plan Decenal. Infortunadamente estas experiencias no alcanzaron a consolidarse, cuando ya se habían iniciado procesos de contrarreforma sin ninguna consulta pública”[1].

Esta incertidumbre y esperanza se refleja en lo expresado por Francisco Cajiao, donde se evidencia esfuerzos hacia la implementación de políticas que respondan a las necesidades locales, pero enmarcadas en políticas internacionales  con el único objetivo de dar un salto a lo global y a los retos que esta impone tales como la preparación de docentes en tecnologías digitales, en los cambios de paradigmas pedagógicos, donde prime una relación armónica derivada de modelos de aprendizajes colaborativos.

Colombia debe afrontar retos ineludibles en la educación, repensar la educación formal no de forma estática, sino de una forma dinámica relacionada con tiempo, lugar y espacio. Reevaluar las escuelas para que se mantengan al ritmo de las demandas del trabajo del siglo XXI, de tal manera que brinden a los estudiantes las habilidades necesarias para sostenerse en el futuro. “El futuro de Colombia va a estar profundo y directamente relacionado con la capacidad que los colombianos tengamos de organizar la educación; la hija de la educación: la ciencia; y la hija de la ciencia: la tecnología. Sin la menor duda, este entrelazamiento será uno de los ejes principales del futuro de nuestro país en el siglo XXI”[2].

Curiosamente vemos que en Colombia todo llega tarde, han pasado más de veinte años y seguimos rezagados en tecnologías, han sido muchos las investigaciones y los proyectos que académicos investigadores han realizado sobre el estancamiento que Colombia tiene acerca del uso de las tecnologías de punta; en el año 2016 un grupo de panelistas internacionales se reunieron  y sacaron a la luz un proyecto trascendental: Reporte Horizonte del NMC/CoSN.

Es una propuesta innovadora de tecnologías TIC que abarca desde el preescolar hasta el grado 12, su impacto recae en la educación, su objetivo es direccionar políticas a corto, mediano y largo plazo que respondan entre otras a repensar la educación en especial la de Colombia en aspectos tales como la codificación como una instrucción, los estudiantes como creadores, aprendizajes colaborativos, técnicas de aprendizaje más profundo, rediseño de los espacios de aprendizaje y repensar como deben trabajar las escuelas[3].

¿A qué te apuntas como educador?

 



[1] CAJIAO, Francisco. La Concertación de la Educación en Colombia. Revista Iberoamericana de Educación. N° 34 (2004), pp. 31-47.


[2] LLINÁs, Rodolfo R. Colombia: al filo de la oportunidad. Tercer Mundo Editores, Santa Fe de Bogotá (1996), pp. 17.


[3] El Reporte Horizonte del NMC/CoSN. Edición 2016 K-12: del Pre-escolar al Grado 12. 

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Escrito por
Maestrante de Pedagogía de las TIC de la Universidad de La Guajira
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Jaqueline Cruz Huertas
Gran Maestra Premio Compartir 2000
Es necesario entablar una amistad verdadera entre los números y los alumnos, presentando las matemáticas como parte importante de sus vidas.