Motivar es predisponer al alumno sobre lo que se le quiere enseñar, sea crítico y autónomo, para participar en las actividades y del mismo modo que se interese por aprender.
Estas prácticas reflexivas han sido un aporte para acabar con un esquema habitual de aprendizaje, ambas favorecen la producción de nuevos conocimientos.
En el ámbito pedagógico, lo más importante es evitar la repetición cultural y llevar a los estudiantes a un análisis que desarrolle su pensamiento crítico propio y de su cultura.
Como maestros, apostémosle a prácticas en las cuales los estudiantes no se motiven por una nota, sino por ser agentes de cambio que promulguen mensajes de paz y respeto.
Los docentes no son ni héroes ni villanos... son los profesionales forman las generaciones futuras y necesitan de los recursos para llevar a cabo su tarea de manera eficaz.
Una invitación para repensar los sistemas de evaluación, salir de marcos homogeneizadores y convertir el necesario acompañamiento del alumnado en una oportunidad para enseñar y aprender con sentido.
Los alumnos aceptan los desafíos cuando están convencidos de poder superarlos o de tener muchas probabilidades de lograrlo. ¿Pero qué pasa cuando saben que no están solos?