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El ‘escándalo’ necesario de la educación sexual
La cátedra de educación sexual debería abordar un capítulo especial relacionado con el consentimiento mutuo de una relación sexual para no sobrepasar la delgada línea que lleva al acoso.
¿Cuándo un ‘piropo’ común pasa a ser acoso? ¿Cuándo una coquetería se convierte en una práctica molesta? ¿Cómo saber si se cruza o no la delgada línea entre lo correcto y lo incorrecto a la hora de invitar a salir a alguien? Son preguntas no tan sencillas de responder, a tal punto que hasta para un adulto generan confusión y controversia.
En estos días, el sonado escándalo al que se enfrenta Jorge Armando Otálora por cuenta de la denuncia de acoso sexual de parte de su ex secretaria, Astrid Helena Cristancho, ha puesto en la agenda nacional la controversia relacionada con la delgada línea que sobrepasa la coquetería y llega al acoso sexual. Además de esto, en varias universidades de Estados Unidos y Reino Unido, una ola de denuncias de violación sexual ha puesto en entredicho si realmente el concepto de consenso a la hora de tener relaciones sexuales.
Pareciera una premisa sencilla: dos personas, por mutuo acuerdo, desean sostener un encuentro íntimo, que eventualmente o no termina sucediendo. Pero cuando entran en juego otras variables, el tema no se torna tan sencillo y los adolescentes (e inclusive más adelante los adultos), pueden llegar a confundirse fácilmente.
Los anteriores ejemplos, ilustran como una explicación que pareciera ser obvia, merece un espacio en las aulas. Así como se habla de una cátedra de la paz, educación religiosa, ética o cualquier otra área, una cátedra estructurada sobre educación sexual se hace más que necesaria en un país como Colombia.
Así como se habla de una cátedra de la paz, educación religiosa, ética o cualquier otra área, una cátedra estructurada sobre educación sexual se hace más que necesaria en un país como Colombia. Según el Observatorio del Bienestar de la Niñez del ICBF: “Solo durante el 2013, nacieron 153.711 niños y niñas de madres entre los 10 y 19 años”
Según el Observatorio del Bienestar de la Niñez del ICBF: “Solo durante el 2013, nacieron 153.711 niños y niñas de madres entre los 10 y 19 años”[1]. Las cifras son alarmantes y deberían existir medidas para contrarrestarlas. Sin embargo, la política pública para prevenir el embarazo adolescente y la transmisión de enfermedades sexuales brilla por su ausencia. El gobierno, debería liderar seriamente a los colegios en este aspecto, para que los jóvenes tengan más conocimiento no solo sobre cómo tener relaciones sexuales de una manera sana y segura, sino como además deben respetar al otro y asegurarse de tener su consentimiento para disfrutar plenamente su vida sexual.
El llamado a este blog es a que también los colegios, por iniciativa propia, empiecen a tratar este tema en las aulas para que la ignorancia no sea la causa principal de un embarazo no deseado, violación o cualquier otro suceso más infortunado. Asimismo, también deben abordarse lo relacionado con el consenso a la hora de sostener relaciones sexuales e inclusive, forjar bases sólidas para fortalecer el respeto al otro para no creer que cualquier ‘piropo’ es solo un halago inofensivo. Parte de la confusión que existe, también se debe en torno al silencio que existe en torno a la educación sexual. Es hora de dejar a un lado los tabúes y afrontar estos temas de una manera sincera y directa.
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