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El reglamento impositivo de la educación está cambiando
Los esquemas convencionales de la educación atraviesan diversos cambios que afectan, sobre todo, la jerarquía en el aula.
Las experiencias educativas se ven representadas en tiempos y momentos diferentes. Cuando se es niño, siempre aparecen muchas variables entre los estudiantes: está el que siente la obligación de estudiar, el que ve la oportunidad en el conocimiento y el que quisiera hacer más que aprender bajo el mismo modelo educativo.
En mi perspectiva, cuando estos tipos de estudiantes se juntan aparecen otro conjunto de situaciones que bien ayuda a que las variables se sincronicen, apoyándose mutuamente o simplemente que cada quien esté por su lado.
Mi visión del aprendizaje en este momento es tan cambiante como la forma en que los muchachos quieren aprender hoy, pues las competencias de aprendizaje en estos tiempos son completamente diferentes a hace 15 años y el internet ha hecho que el acercamiento a la tecnología simplemente rompa con el lineamiento de la rutina en un salón con un maestro en frente transmitiendo lo que bien y a su manera quiere que aprendamos.
Es interesante ver que el reglamento impositivo de la educación en los colegios es que el maestro tiene todo el conocimiento y es en ellos en quien encontramos el saber casi absoluto del área o materia que cada uno dicte (eso sí sin demeritar el gran esfuerzo académico que cada uno de los maestros ha tenido que hacer para llegar a la docencia).
Lo bonito en todo esto es la facilidad de aprendizaje y entrega que tienen los alumnos al momento de enfrentar una forma diferente de aprender, partiendo desde el punto que el maestro entra a ser estudiante como todos los demás, que los niños sienten realmente que es un igual a ellos y que los mentores que crean un entorno de aprendizaje de igual a igual les permite sentir que de alguna manera el conocimiento es de ellos “los estudiantes”.
Lo que me hace preguntarme, ¿Qué pasa cuando es el estudiante que va más allá y de cierta manera sobrepasa al maestro? No es fácil saber, que tan preparados están los maestros para comprender y enfrentar un acto de aprendizaje no formal. Gracias a la tecnología, un estudiante puede encontrar más espacios de absorción intelectual y muy seguramente tendrá más opciones de aprender de una forma no lineal sino multilateral. Hoy en día, son demasiadas las herramientas y los espacios en que la creatividad aflora y permite absorber más información de la que pueda transmitir un maestro en 45 minutos de clase plana. Tal vez la respuesta está justamente en eso, en entender que el aula no siempre tiene que estar adecuada de la misma manera para captar el orden o la sensación lineal de transmitir el conocimiento.
Hace poco participé de una experiencia de aprendizaje en Cucunubá muy grata que me permitió, primero que todo, ver el esfuerzo de un maestro en una escuela rural que tiene alumnos desde preescolar hasta quinto de primaria en un mismo salón. Enfrentar la realidad de la educación en los lugares rurales definitivamente te hace comprender la mucha vocación que tiene un maestro por enseñar, por hacer que los pequeños a los que él enseña puedan definitivamente captar y absorber el aprendizaje para que puedan tener una visión del mundo más allá de la vereda o corregimiento en el que habitan. Es claro que su esfuerzo es amplio por mejorar la calidad de vida de cada uno y que se empeña en que su educación vaya un poco más a esa responsabilidad y ese comportamiento amable y humanitario del uno con el otro.
Es muy gratificante ver que en la prueba y error se ven completamente los aprendizajes y buscan siempre ir más allá sin ningún temor a ser señalados o juzgados. Es, además, asombrosa la forma cómo se apropian de las actividades, de inventar y crear, de la tecnología, de las mismas personas que como mentores les apoyan en su proceso de aprendizaje; y aunque este proceso no es diario es realmente increíble la forma como reciben y esperan que aquellos mentores que vienen con locas ideas de acompañamiento en el aprendizaje les ayuda para desarrollar ideas creativas que les permiten recorrer de una forma muy informal pero real la realidad y el mundo que hay más allá del lugar donde viven y la escuela que frecuentan.
En definitiva lo importante en este proceso es comprender que aunque mi labor profesional no es la docencia, sé que de alguna manera puedo aportar en el aprendizaje de otros y que eso se verá también de manera recíproca y que si en algo mi aporte hará que pequeños aprendan a sacarle jugo a los recursos que tienen para conocer y hacer un mundo diferente lo haré siempre pensando y sabiendo que saber es bueno pero más importante es compartirlo sin prejuicios y esperando siempre que pueda ser más completo con lo que otros me puedan aportar.
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