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Es hora de jugar: Por el rescate de los juegos tradicionales
El 1er Festival de Lúdica y Psicomotricidad en la Universidad del Magdalena se convirtió en un espacio de integración social en donde se conjugó el juego, la lúdica y la psicomotricidad.
El niño como ser social, vivencia y experimenta a través del juego lúdico, aprendizajes significativos; que en ambientes de aprendizajes promueve su ser, hacer, saber hacer y saber convivir.
La cultura del juego y el rescate de los juegos tradicionales, es una tendencia que promueve el desarrollo de la personalidad del niño desde el conocimiento de sus raíces y la identidad cultural.
Los juegos tradicionales llevan implícito la idiosincrasia, los valores, costumbres, por lo que es la representación más autóctona de la sociedad que los crea. Es un vínculo necesario con el pasado, es un respeto a lo mejor de las generaciones que nos precedieron.
En este sentido, desde la cátedra de lúdica y psicomotricidad ofertada en el programa de licenciatura en preescolar de la Universidad del Magdalena, se tuvo la primera versión del festival de Lúdica y Psicomotricidad realizado en la ciudad de Santa Marta.
Este festival, llamado ‘Es hora de jugar: “por el rescate de los juegos tradicionales”’ y se llevó a cabo el día 2 de junio en el campus de la Universidad del Magdalena. Para ello, se atendió a una población infantil que osciló entre los 5 y 6 años de edad, pertenecientes a las instituciones educativas distritales que se encuentran a los alrededores del campus universitario (I.E.D. el Pando, I.E.D El Parque, I.E.D Normal San Pedro Alejandrino, I.E.D. Inem Simón Bolívar).
Para el desarrollo del festival, se distribuyeron cinco estaciones en el campus, de acuerdo a la clasificación de los juegos tradicionales: juegos de piso, juegos de pared, Juegos con elemento, juegos de ritmo y expresión y rondas tradicionales. Todos los participantes tuvieron la posibilidad de pasar por cada estación para disfrutar de cada uno de los juegos y actividades lúdicas propuestas.
Esta experiencia propició, en las maestras en formación y docentes acompañantes, el contraste de sus conocimientos, la interacción con el entorno y la reflexión sobre sus prácticas pedagógicas.
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