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Espacios para maestros en formación

La práctica pedagógica debe ser un espacio en el que el profesional o el maestro en formación puedan proyectar visiones que integren a toda la población en espacios lúdicos.

Febrero 13, 2019

Para hablar de reconciliación de una memoria histórica en nuestra sociedad que ha sido golpeada por la violencia durante décadas, es necesario conocer de qué forma se puede lograr que esta sociedad pueda reconciliarse con esta memoria. A partir de la pedagogía como la didáctica fuera del aula, ya que es común que el maestro da a conocer la historia dentro del aula, es ser tradicionalista, pero ahí termina el conocer la historia, lo que se quiere es reconocer al otro y a mi dentro de esa historia por medio de estrategias didácticas en una práctica pedagógica emancipadora.

En primera instancia hay que definir la práctica pedagógica no como un requisito de la profesión sino como una actividad diaria que se desarrolla en el aula, orientados por un currículo con el propósito de la formación de los estudiantes, Díaz (2014), pero hay que darle un giro a esta definición, ya que como he mencionado en el párrafo anterior que la práctica pedagógica es una habilidad en emancipadora, es decir, debe salirse de los estereotipos impuestos por la misma comunidad educativa, como por ejemplo el aula. Hay que salir de ella para crear nuevas visiones y proyecciones de la práctica pedagógica. Por esto la práctica pedagógica debe ser un proceso en el cual se abran espacios de una forma didáctica fuera del aula como los museos que se desarrollan en Centro Cultural de Memoria Histórica por el profesor Carlos Charria y su equipo, en donde proponen espacios diferentes al aula para la que la población infantil de la cuidad pueda identificar momentos históricos de la ciudad y así mismo pueda reconocerse como parte de esa memoria.

Talvez el proyecto más ambicioso del profesor Charria para este año es Recordar, en el cual hace que el visitante se involucre con la temática de este museo la cual es el conflicto que hizo historia en la cuidad, esto es lo que yo llamo una práctica pedagógica innovadora en donde usted como visitante reconoce y puede sensibilizarse con la historia de la ciudad sin estar en el aula. ¿Y por qué tomo esto como practica? Pues bien, porque la práctica como ya lo mencioné es un proceso y ahora le agrego algo más, no termina. La práctica pedagógica es un proceso continuo como lo demuestra el profesor Charria mediante este proyecto.

Tomando algunas palabras del texto de Fandiño y Bermúdez la práctica pedagógica debe poder responder a las problemáticas del sistema escolar viabilizando una subjetivación al interactuar con otros docentes y otras instituciones. Que quiere decir esto, la practica pedagógica debe enfrentar temáticas y poblaciones que por lo general no se trabajan en una práctica “normal” como por ejemplo población desplazada, reinsertados, rural, etc. Por eso la práctica pedagógica debe ser una habilidad emancipadora, ya que esto es un reto y no para cualquier persona. Voy a este punto de diferentes tipos de población, puesto que casi siempre se trabaja con la misma población urbana y dejamos a un lado población que requieren atención y que ellos también tienen el derecho de que se haga memoria con su historia. Esto con el fin de que el maestro interprete y transformé no solo su actuar sino su pensar y sentir como profesional, Fandiño y Bermúdez (p, 39).

La práctica pedagógica debe ser un espacio en el que el profesional o el maestro en formación puedan proyectar visiones que integren a toda la población en espacios lúdicos, para que cada persona pueda, con su experiencia transformar y enriquecer la memoria del otro y así lograr su reconocimiento.

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