Experiencia pedagógica como parte del compromiso social

Al pasar el tiempo, la educación, como una parte esencial de la sociedad, se ha visto modificada y ha puesto en tela de juicio su efectividad en cuanto a compromiso social. Varias de las problemáticas de la educación se centran en la falta de articulación entre el colegio, la universidad y la vida y en la ausencia de calidad educativa. Actualmente rodeada de un contexto de post-conflicto, reconciliación y mi labor como docente en formación he determinado que la experiencia pedagógica genera compromiso social.

A pesar de que la educación data de siglos atrás y de que la experiencia pedagógica ha sido parte de ese acontecimiento, es necesario redefinir la experiencia. Si se define como un “principio de transformación” es porque ese sujeto sensible, vulnerable y expuesto es un sujeto abierto a su propia transformación” (Larrosa, J. Sin Fecha. Sobre la experiencia. Barcelona). Como la anterior afirmación es claro que la experiencia es un acontecimiento externo que permite estar expuesto a una transformación y como docente en formación he definido la pedagogía como la rama de la ciencia que estudia las técnicas o métodos para aplicar la enseñanza. Partiendo de estos dos conceptos, la experiencia pedagógica, es, en pocas palabras, un acontecimiento en el ámbito de enseñanza-aprendizaje que transforma a los sujetos participantes de la experiencia.

Ahora bien, retomando el concepto anterior, traigo a colación mi experiencia pedagógica en el Liceo Femenino Mercedes Nariño, durante la cual he tratado con jóvenes de 15 a 18 años de edad, quienes pasan por una época de adolescencia que conlleva una búsqueda constante de sí mismas. Por esto mismo, decidí tomar la responsabilidad social mediante un proyecto de valores durante el segundo semestre del año 2017, el cual tenía el objetivo de concientizar a las jóvenes de cuán importante es convivir en armonía basándose en sus experiencias personales y en la aplicación o no aplicación de los valores propuestos durante la duración del proyecto.

Adicionalmente, es pertinente recurrir a la experiencia pedagógica del profesor Miguel Plazas como un ejemplo, puesto que es un docente que ha hecho participe de su experiencia un proyecto auto sostenible mediante investigaciones que cumplen con la acción de identificar problemas sociales para luego abordarlos y exponerlos o resolverlos, es decir, son investigaciones socialmente útiles y más importante aún, a gusto de los sujetos investigadores que son los mismos jóvenes en formación como sujetos sociales (Plazas, M. 2018). Parte del proyecto del profesor Miguel Plazas, es la inclusión de juegos de derechos humanos para promover la posibilidad de desarrollo y articulación entre colegio, universidad y vida; todo lo anterior, mediante un tema que requiere la interdisciplinariedad de otras áreas y que va más allá de los limites intelectuales para abordar un compromiso social.

Para concluir, podemos evidenciar que parte del ser docente requiere una responsabilidad social y una multiplicación de compromiso por parte de los estudiantes ante la sociedad. Mediante experiencias pedagógicas como la del proyecto de valores abordado en el Liceo Femenino Mercedes Nariño, es pertinente concientizar a los estudiantes de la importancia de valores presentes en sus actos sociales, así como de la importancia de derechos y deberes en el proyecto del profesor Miguel Plazas; en el cual es clave atribuir que la experiencia pedagógica es un proceso de emancipación, transformación y empoderamiento, pues las investigaciones promovidas por él, permiten a los estudiantes ser parte de acontecimientos sociales para analizar contextos y realidades para luego generar compromiso social para exponer los contextos o bien sea para resolverlos.

Plazas, M. (2018). Segunda Conferencia Cátedra Maestros hacen maestros. Universidad de La Salle. Bogotá D.C.