Jugando también aprendo

Observando mi quehacer de mi practica de aula con el grado primero de básica primaria en la Institución Educativa Villa Concepción, en el municipio de Santa  Cruz de Lorica, Córdoba, llamó mi atención por qué los niños y niñas no mostraban suficiente motivación por la lectoescritura.

Entonces, decidí hacer una observación de los gustos y afinidades en la hora del receso escolar, y así lo hice. Ese espacio fue mágico al observar cómo los niños se divertían jugando y compartiendo con sus compañeros.

A partir de ese momento decidí enseñar la lectoescritura por medio del juego, con la utilización adecuada de los materiales que el medio nos brinda. Inicié a crear el material, el cual lo veía como algo innovador y pertinente en mi practica de aula.

Tenía la certeza de que mis clases serían más amenas y divertidas. Y así fue. Al llegar al aula de clases y mostrar el material, los niños se mostraron interesados por conocer y manipular lo que observaban.

Decidí que era el momento indicado para socializar lo que llevé al aula de clases para compartir y aprender jugando.

Utilizando tapas de botellas, pegué palabras, al igual que en cartulinas, con las que los niños debían formar y leer palabras y oraciones a través de la realización de juegos y concursos. El ejercicio se realizaba de manera individual y en grupo.

Fue una experiencia grata y de la cual obtuve una experiencia significativa y la cual considero pertinente contar por los resultados positivos obtenidos.

El juego es una herramienta fundamental en el desarrollo de las habilidades y destrezas de los niños en los establecimientos educativos. Sin importar la cantidad y calidad de material con que se cuente, es el uso que se le dé a los recursos con los cuales contamos, con el fin de hacer de nuestras prácticas de aula un espacio para aprender en forma divertida.