La experiencia construye armonía en Derechos Humanos

“Construyamos un mundo en armonía de derechos y deberes” es un título preciso para un proyecto con el que su enfoque está basado en los derechos humanos. Sin embargo, ¿cómo llegamos a dicha construcción?

El ser humano al aprender empíricamente cuenta con la capacidad de recrear, reflexionar y replantear su conocimiento y acciones vividas para generar nuevas conceptualizaciones a partir de sus experiencias.

“la experiencia supone que el acontecimiento me afecta a mí, que tiene efectos en mí, en lo que soy, en lo que pienso, en lo que siento, en lo que yo sé, en lo que yo quiero, etcétera”. A través de la experiencia el hombre permite un acercamiento a la vida, que le genera un replantearse sobre algo del que ya tenía un significado. Por tanto, la experiencia es el primer paso a la formación y transformación.

Al introducir los derechos humanos como proyecto para que los estudiantes creen sus propias experiencias de vida y puedan llegar a reflexionar sobre cada una de ellas, generamos sujetos de transformación, es decir, sujetos que posiblemente se centren en soluciones a ciertas situaciones y que si no es así sujetos con sentido de vida y formación integral. Es importante entonces, reconocer que el involucrar a los jóvenes en este tipo de actividades, a manera de investigación ayuda a vivir más de cerca la realidad en la que nos encontramos y a conocer que nosotros como sujetos de formación generamos transformación social cuando hacemos parte del cambio.

Así pues, luego de reflexionar sobre nuestras experiencias y las que posiblemente los demás han tenido, se empieza a generar armonía. Es decir, que solo cuando entendamos que la experiencia está dada, para no recurrir en los mismos errores (conmigo y con los otros) sino por el contrario, generar nuevos conceptos e ideas vamos a construir armonía en los derechos humanos.