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La falsa reinveción

El momento que está viviendo el mundo nos llama a existir de forma diferente, pensar desde el corazón, fomentar una relación con el planeta donde el comportamiento humano no sea hegemónico.

Noviembre 27, 2020

Uno de los conceptos más mencionados en el transcurrir del aislamiento obligatorio por el Covid-19 en el sector educativo en Colombia es el REINVENTARSE, pero ¿Qué es reinventar?, ¿Cómo puede hacerlo?, son preguntas necesarias para poder identificar si los maestros, maestras, padres, madres, estudiantes y gobierno lograron desarrollar esa capacidad.

Según lo afirma el psiquiatra Marcos, Luis “La reinvención tiene lugar cuando una persona ha de enfrentarse a un cambio importante en su vida o su entorno, negativo o positivo, que suele ocurrir de forma inesperada” teniendo en cuenta esta definición todos y todas nos reinventamos pues nos enfrentamos a una situación que transformó nuestras maneras habituales de vivir y convivir, sin embargo, cuando abordamos el concepto desde la cuestión pedagógica y la relación docente – estudiante – familia – gobierno, es necesario hacer una revisión específica y detallada que nos permita comprender si los entes socioeducativos se movilizaron o simplemente cambiaron de escenario de trabajo o estudio.

Un ejemplo de esto es el docente que normalmente es rígido, autoritario e insensible en el aula de forma presencial, este docente con la pandemia tuvo que utilizar las herramientas virtuales para el desarrollo de sus cursos, pero continúa siendo inamovible y desde la pantalla; estresa, asfixia de trabajo a los estudiantes, trabajos que en muchas ocasiones terminan desarrollando los padres de familia, pues su complejidad no es acorde con las etapas de desarrollo del niño o la niña.

Utilizar una plataforma o una herramienta que permita el trabajo virtual ¡No lo hace un docente que reinventa!, si aun con esas posibilidades de interacción sus conductas y metodología siguen siendo las mismas que desarrollaba antes del confinamiento obligatorio.

También tenemos que mencionar a las familias y los estudiantes, por un lado, algunas familias que tienen la posibilidad de acceder a internet, se niegan a desarrollar las clases desde las tecnologías informativas de la Comunicación, como si la culpa del virus la tuvieran los administrativos docentes y los docentes, la pandemia es un hecho existencial y el papel de la familia debe ser activo en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Lamentablemente tuvo que abrazarnos una pandemia para que algunos papás y mamás supieran que acciones realiza su hijo en el colegio o en la escuela.

Un grupo poblacional que lo ha hecho muy bien son los niños y niñas de educación preescolar y básica primaria que tienen la posibilidad de conectarse a internet, hay que felicitarlos y destacarlos pues han asumido ese tiempo con alegría, como un reto de aprendizaje y una oportunidad de potenciar sus habilidades, siendo los más pequeños nos han sorprendido, como es costumbre.

Los estudiantes de educación superior pública se enfrentan a un sistema avasallante, desigual y excluyente el cual no les brinda las oportunidades mínimas para poder dedicarse a la academia, muchos de ellos y ellas deben responder económicamente por una familia y cumplir tiempos en su trabajo, que en la gran mayoría es informal y, por ende, no cuentan con las garantías de seguridad social.

Lo bonito de este tiempo es que se enciende y reafirma el ánimo de seguir marchando, danzando, cantando y luchando en las calles como acción rebelde que exige un cambio. Porque no es lo mismo vivir la cuarentena siendo estudiante de la Universidad de la Sabana que siendo estudiante de la Universidad de la Amazonia. 

El gobierno como es costumbre se ha destacado por su desconexión, falta de conocimiento y ausencia de empatía en los contextos del país, desconexión literalmente hablando pues gran cantidad de estudiantes, sobre todo de la educación pública y sectores rurales, no cuentan con internet ni computador., según El artículo del periódico El Tiempo, divulgado el 14 de mayo del 2020, menciona “De los más de 2’400.000 estudiantes de colegios rurales del país, solo el 17% de ellos tiene acceso a Internet y computador, es decir, aproximadamente 408.000 niños”.

Las cifras de este artículo son alarmantes, pues niños y niñas que no cuentan con este servicio no pueden desarrollar sus actividades académicas y, en muchas poblaciones, son víctimas de los actores del conflicto armado, quienes aprovechan que no están escolarizados para reclutarlos; así lo afirma el periódico digital Cuarto de Hora, en su artículo del 18 de mayo del 2020, donde afirma:

“La cuarenta y la suspensión de clases, decretada por el Ministerio de Educación desde el 16 de marzo, ha incidido de gran manera en el aumento de casos de reclutamiento. Los balances indican que solamente en el mes de abril se registraron siete eventos de reclutamiento en todo el país”. 

Es una realidad que los niños y niñas de algunos sectores del país son presa fácil de los actores armados y el problema aumenta si no pueden avanzar en sus estudios de forma presencial o no cuentan con las herramientas para la mediación virtual, estas dinámicas son muy graves y continúan abriendo la brecha entre ricos y pobres y deja claro que el gobierno no se ha reinventado y el sistema educativo necesita un revolcón donde todos y todas, niños, niñas y jóvenes, sin importar sus condiciones socioeconómicas, tengan la posibilidad de vivir dignamente.

El momento que está viviendo el mundo nos llama a existir de forma diferente, pensar desde el corazón, fomentar una relación con el planeta donde el comportamiento humano no sea hegemónico, depredador o dictatorial; de igual forma, a desprendernos de modelos educativos alienantes que imperan hace décadas en las instituciones educativas colombianas, a comunicarnos con las familias y que estas, hagan parte activa de los procesos educativos y pedagógicos, de igual manera, nos invita disfrutar el proceso de formación de los niños, niñas y jóvenes, jugar con ellos, hablarles, conocer sobre sus pasiones o miedos, abrir puertas para el dialogo, la pregunta, la reflexión y la paz, ahora desde casa.

La cuestión no es reinventarse sino re – existir.

 


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Docente. Universidad de la Amazonia, programa licenciatura en Educación Física, Deportes y Recreación.
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Sandra Cecilia Suárez García
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El cuerpo habla y la danza puede ser el camino para la exploración del ser y el medio para liberar las palabras que se encuentran encadenadas.