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‘La pesquisa deliciosa’: un deleite para el paladar educativo

La persona que investiga tiene derecho a equivocarse, a cometer torpezas, a disfrutar del dulce y del amargo.

Julio 14, 2017

Una necesidad en el aula de clases, unos estudiantes inquietos y un maestro híbrido: mitad Sherlock Holmes (mítico detective novelesco) y mitad Chapulín Colorado (superhéroe latinoamericano poco común); serían los ingredientes perfectos para preparar la receta llamada: ‘La pesquisa deliciosa’. La dinámica de este escrito estará orientada hacia la relevancia que tiene cocinar ideas y llevarlas al fogón investigativo para deleitar el paladar educativo.

Convencer al paladar educativo es un reto diario para los docentes quienes siempre se desviven por hacer su trabajo excelente. Cada día se llenan de tips, metodologías casi infalibles producto de un afilado sentido común y una actitud hacia el conocimiento al alcance de todos, al mejor estilo de Holmes; pero siempre queda faltando algo y es precisamente esa chispa, lo que le da el sabor y lo que hace que se derrita en nuestras bocas, ese toque secreto denominado: la investigación de corazón.

Es tan preponderante investigar en educación porque es lo que valida el rol de un docente, es lo que le da vigencia, permanencia y pertinencia para responder a preguntas hechas por sus pares o por sus estudiantes; te permite estar actualizado y a la vanguardia de todos los ámbitos. Cuando la investigación es de corazón no se encuentra la persona en modo piloto automático ni se centra en multitareas; se dedica a buscar las pistas y solo se centra en tres tareas que serían delimitar y construir el problema de investigación, resignificar el lugar y el sentido de la teoría y por último definir la posición con el objeto de estudio y el uso de los métodos.

No obstante, la idea de que una investigación se vuelva atractiva es que ésta se pueda digerir de una buena forma y que mejor si se hace de ella una “pesquisa deliciosa”, que sería aquella indagación que hace una persona con la intención de descubrir una cierta cuestión agregándole una pizca de dedicación, amor, esencia de determinación y un tantico de ingenuidad y perspicacia.

La pesquisa puede manifestarse de diversas formas, por ejemplo, un docente puede realizar una pesquisa en su salón de clases para saber cuál de sus estudiantes es el que le esconde los lápices a sus compañeros; para esto instala una cámara de video y graba varias horas; al día siguiente descubre quien era él que escondía los lápices. Esta sería una pesquisa informal.

Asimismo, se puede hacer con la investigación educativa y volverla formal, utilizando métodos efectivos que lleven a solucionar la problemática deseada, adicionándole una cucharadita de lectura de antecedentes que colocarían a mirar posibles soluciones y qué tanto les funcionó a los otros investigadores sin dejar de lado al chef o a los chefs principales, que serían los autores que le darán el soporte al trabajo investigativo.

No existe una investigación perfecta ni una receta o fórmula mágica que diga cuál es el camino ideal; como investigador se deben tomar riesgos y por qué no, hacer como el Chapulín Colorado quién con frecuencia y por equivocación atrapaba a las personas inocentes y dejaba ir a los criminales, causando situaciones graciosas. Sin embargo, al final todo se aclaraba (típicamente por otros o por algún accidente debido a sus errores) y los malos finalmente eran llevados a la cárcel, obteniendo el Chapulín todo el crédito de su captura.

La persona que investiga tiene derecho a equivocarse, a cometer torpezas, a disfrutar del dulce y del amargo. Pero debe tener un fuerte como el del Chapulín, el cual realmente es su determinación y ésta le ayuda a solucionar los problemas a pesar de su cobardía y debilidad.

Por lo tanto, no se necesita tener superpoderes para innovar en educación pero si se necesita de un corazón noble y tener las reales ganas de transformar las parcelas de la realidad educativa en la que se vive y si se tiene que llevar en la mochila al “chipote chillón”, a las pastillas de “chiquitolina” y a las técnicas de observación Holmesianas; cárguenlas con dignidad y así se les tilde de loco, pues hay que hacerle saber al mundo que no es ficción, es el protocolo de investigación y que los estudiantes probarán, se deleitarán y darán el visto bueno de “ la pesquisa deliciosa”.

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Tutora del programa para la excelencia docente y académica "Todos a aprender 2.0" en la Institución Educativa Mercedes Ábrego.
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