Usted está aquí

La práctica docente: un reto para mí

Ser educador significa generar inquietud, movimiento, curiosidad y sed de saber. 

Junio 17, 2017

La práctica docente siempre ha sido un gran reto para mí, ya que nunca me había imaginado desempeñando un papel como docente, teniendo en cuenta que siempre he sido tímida e insegura al momento de hablar en público.

Cuando ingrese a la Normal Superior María Auxiliadora a realizar el programa de formación complementaria tenía temor de no cumplir con las expectativas requeridas. En más de una ocasión había decidido retirarme del programa de formación complementaria al notar que no daba para dejar de la lado toda esa inseguridad que me hacía pensar que  no era capaz de afrontar con altura esa gran labor que es la de ser docente.

Pero cada vez que eso pasaba recibía palabras de aliento y ánimo por parte de mis papás ya que gracias a ellos es que he llegado lejos y que a pesar de que esta carrera no fuera  mi primera opción en un principio hoy en día puedo decir que el quedarme para continuar en la lucha ha sido la mejor decisión que he tomado.

Ahí fue donde me di cuenta de que si yo de verdad quería seguir en esta hermosa labor debía de esforzarme y dar al máximo de mi para en un futuro ser una maestra de calidad ya que nosotros como maestros somos el eje transformador de cada niño y niña del país y en esta trayectoria que he tenido, siendo maestra en formación, me he dado cuenta de lo hermoso que es ver la sonrisa de cada niño cuando termina una clase o cuando los niños me dicen “seño me puede volver a explicar que no entendí” y yo con todo el afecto me siento y le explico nuevamente.

El momento más crucial de mi vida fue a la hora de realizar mis primeras prácticas donde pude compartir con los niños del grado segundo de primaria y en donde al principio tuve bastante inseguridades ya que no sabía cómo iba a manejar la clase o si iba a poder con la disciplina o de pronto por ser tan joven, los niños no me iban tener tanto respeto como a las demás maestras.

Cuando entre al salón fue todo lo contrario, los niños siempre estuvieron atentos a todo lo que yo les decía y absorbiendo cada uno de los conocimientos que yo les regalaba.

Al momento de finalizar la clase me sorprendió que un niño que poco participaba  en clase se acercara a mí y me regalara una tarjeta en la cual me daba la bienvenida y me decía cuánto me quería.  Estos son los gestos que a uno como maestro le llenan la vida de felicidad ya que nos damos cuenta de la importancia e impacto de la labor que hacemos.

Después de vivir mi primera práctica, que fue gratificante sumamente gratificante, me di cuenta que de verdad quiero y deseo seguir en esta gran labor y seguir teniendo la oportunidad de compartir conocimiento con los niños y ver esa gran sonrisa que se les hace a los niños cada vez que aprenden algo nuevo.

Ser maestro es una vocación que nace del corazón.  

Boletín de noticias
Registre su correo electrónico para recibir nuestras noticias.
Escrito por
Estudiante del programa de formación complementaria de la Normal Superior María Auxiliadora de Santa Marta.
Promedio: 5 (2 votos)
Estadísticas: .
Rubén Darío Cárdenas
Gran Rector Premio Compartir 2016
Concibo al maestro como la encarnación del modelo de ser humano de una sociedad mejor. Él encarna todos los valores que quisiera ver reflejados en una mejor sociedad.