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Lectura como medio para mejorar el nivel de vida

Pinocho y la búsqueda de impulsar una agenda de creación de empleo que garantice los componentes básicos de recuperación y crecimiento transformador en América

Agosto 19, 2021

Pinocho lo tenía claro: “(…) en la escuela, quiero aprender a leer enseguida. Luego, mañana aprenderé a escribir y al otro día aprenderé a contar. Más tarde, con mi habilidad, ganaré mucho dinero (…)”. Estas palabras de Carlo Collodi (1882) siguen con vigencia hoy cuando buscamos impulsar una agenda de creación de empleo que garantice los componentes básicos de recuperación y crecimiento transformador en América Latina y el Caribe (ALC). A pesar de que en los últimos 150 años los procesos se han complejizado llevando al mercado laboral a exigir habilidades más específicas, estamos seguros de que éstas no se logran sin la posibilidad de interpretar un texto y/o comunicar una idea por escrito.

Son escasas las mediciones del impacto que sobre el mercado laboral tienen las habilidades lectoras, pero dos encuestas recientes comienzan a evidenciar que Pinocho tenía razón: la Encuesta Internacional de Alfabetización en Adultos (IALS) y la Encuesta de Alfabetización y Habilidades para la Vida Adulta (ALL). Usando los datos de IALS, en Estados Unidos se concluyó que quienes poseen mejores niveles en lectoescritura tenían mayor probabilidad de tener trabajo. Además, los ingresos de las personas con más alto nivel, triplicaron a los de más bajo.

El estudio transversal más reciente, realizado por la OCDE, es el Programa para la Evaluación Internacional de las Competencias de los Adultos (PIAAC), que cuenta con participación de algunos países de ALC. En él se encontró un alto retorno a la adquisición de habilidades básicas. Un buen desempeño en lectura aumenta en un 20% la probabilidad de estar empleado y en el mediano plazo mejorar 1% en lectura aumentaría el PIB per cápita en 3%.

En MéxicoPerú y Ecuador menos del 1% de los evaluados logró estar en los dos niveles superiores de competencias lectoras, y más de la mitad está en los niveles más bajos. Esto podría indicar que más de la mitad de la población en edad productiva escasamente puede comprender un manual de instrucciones de corta extensión. Antes de la pandemia ya era evidente que más del 30% de los estudiantes de 15 años en la región no logran extraer la idea principal de un texto, lo cual pone en riesgo su potencial laboral y el desarrollo de la región. Estos resultados contrastan con el grado de alfabetización de la región, que supera el 90%, y plantea un debate sobre lo que puede hacerse.

Aplicando las lecciones de Pinocho, estamos convencidos que esta transformación y recuperación requiere que los ciudadanos sean alfabetos funcionales, es decir que lean, comprendan y puedan aplicar lo que leen. Esta condición permitirá mejorar su empleabilidad, nivel de ingreso y proyección laboral.

Este es el primero de una serie de entradas del blog que dedicaremos al aprendizaje de la lectura y la escritura, explorando la situación actual de la región y exponiendo algunas acciones posibles para transformar esta realidad.

Este contenido fue publicado originalmente en Enfoque Educación 

 


Imagen Andrea Piacquadio en Pexels

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Docentes de las Instituciones educativas El Minuto de Buenos Aires y Sotavento.
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Laura María Pineda
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