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Luchando en la calle también se educa

Cada año los maestros de Colombia tienen que salir a la calle para protestar y hacer reclamos de sus reivindicaciones laborales, prestacionales y asistenciales. 

Mayo 30, 2017

Los paros continuos son consecuencia de la falta de atención de los gobernantes de turno y de los administradores de los asuntos de la educación que poco les interesa resolver los problemas del gremio. Esto, prácticamente, se ha vuelto una rutina que a nadie parece interesarle, convirtiéndose, sin darnos cuenta, en un grave problema social.

Los docentes arengan las siguientes consignas: “Estamos en la calle defendiendo la educación pública” y “Luchando en la calle también educando”. ¿Qué significado tienen estas consignas? ¿En verdad se piensa que se está defendiendo la educación pública? ¿No será que estas tradicionales formas de protesta sirven de justificación para que los gobiernos implementen sus medidas privatizadoras?

La calle ha sido el escenario en las cuales la inconformidad social siempre se ha manifestado. Pero, ¿no será que, a estas viejas formas, en estos tiempos posmodernos, hay que hacerles algunas renovaciones y ponerlas a tono con las exigencias de los nuevos cambios de pensamiento y a los retos de la ciencia y la tecnología?

En los años 80 del siglo pasado, los maestros desarrollaron un gran movimiento y abrieron un profundo debate sobre la calidad de la educación colombiana, en estas discusiones se involucraron académicos e instituciones comprometidas con la educación, lo mismo que una gran parte de la sociedad civil, este movimiento innovador se denominó “movimiento pedagógico”, allí  se discutió sobre el quehacer pedagógico, sobre el perfil y la identidad del ser educador, se hicieron propuestas de renovación curricular y de experiencias pedagógicas autónomas que buscaba innovar y transformar la escuela.

Fruto de esto se logró en el 1994 una ley orgánica de educación, la ley 115 o la ley de educación, donde se configuró un verdadero proyecto educativo para la nación colombiana, con unos fines y objetivos muy claros y precisos que orientaron y sirvieron de carta de navegación de nuestra educación, todo esto dentro del marco de la nueva Constitución Política colombiana de 1991.

Estos logros, no solo se hicieron en la calle, también se hicieron en las aulas de clase y se vincularon a los estudiantes y padres de familia.

Diez años después en el 2001, una contrarreforma del gobierno acabo con todas estas ilusiones de desarrollar un proyecto educativo y pedagógico alternativo, se desfinanció la educación y los procesos pedagógicos fueron cambiados en la escuela por procesos técnicos admirativos, y lo que fue peor, se desconfiguró la imagen del maestro, se desestimuló la carrera docente y se le hizo una profunda herida a la calidad de la educación con el acto legislativo 01 que modificó la constitución en asuntos de educación y salud con lo cual se expidió la ley 715 y el estatuto docente 1278.

Los maestros volvieron otra vez a las calles a defender la educación pública, pero esta vez se olvidaron de la escuela, los padres de familia y la sociedad civil, las experiencias del movimiento pedagógico fueron archivadas. Podemos pensar, entonces, que si los maestros salen solos, a luchar a las calles como lo han venido haciendo, una y otra vez en los últimos años y allí también educarían nuestros niños y jóvenes, estos serían los mejores preparados del mundo, pero esto no es así, se educarían si, de estas experiencias también fueran protagonistas, junto con los docentes, la sociedad y las comunidades, quienes son las que deben defender y propender por el derecho fundamental a la educación y por una educación con calidad para sus hijos.

Desafortunadamente la noticia es, que no es noticia la problemática de los maestros ni de la educación colombiana, la despreocupación es tal, que ni para el gobierno, los políticos ni de los medios de comunicación es de interés esto problemas y los padres de familia muy preocupados, porque no tienen con quien ni donde dejar a sus hijos, mientras los maestros están solos, en la calle defendiendo la educación pública.

 

 

 

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Licenciado en ciencia sociales Especialista en ética y pedagogía.
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Melva Inés Aristizabal Botero
Gran Maestra Premio Compartir 2003
Abro una ventana a los niños con discapacidad para que puedan iluminar su curiosidad y ver con sus propios ojos la luz de la educación que hasta ahora solo veían por reflejos.