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Mi inspiración para ser maestra 2
Ser maestra es un sueño que tengo desde niña. Recuerdo con alegría como le decía a mi madre, que quería dedicarme a enseñar a los niños.
En el año 2015 mientras estudiaba Actividad Física en el Servicio Nacional de Aprendizaje SENA, se me presentó la oportunidad de realizar mis prácticas como maestra de educación física en la básica primaria de la I.E.D. Escuela Normal Superior María Auxiliadora de Santa Marta, donde estuve por 6 meses adquiriendo conocimientos, a partir de la sugerencias y actitudes de las maestras.
Además fue un tiempo en el que el amor, la alegría y los abrazos, me permitieron reafirmar mi deseo de ser maestra en la básica primaria, debido a que me gusta enseñar a los pequeños, pero más que eso, formar su ser; es decir enseñarles a ser positivos, altruistas, creativas, apasionados, colaboradores y felices, porque son estas competencias las que van a permitir que vuelen alto.
Cuando terminé mis prácticas en la escuela, la hermana Irma Duque, Coordinadora de la básica primaria, me preguntó que si quería entrar al Programa de Formación Complementaria de la escuela, mi respuesta sin pensarlo fue un sí, pues es lo que deseaba; formar a los niños de Colombia.
Entré al Programa y desde el primer día me dijeron que iban a ponerme a prueba para ver si merecía estar en dicho lugar, debido a que ya tenían dos meses de haber empezado, por lo que me esforcé cada día, dando lo mejor de mí y superando poco a poco mis miedos.
La realización de cada docencia directa es el espacio oportuno para poner en práctica todos los conocimientos adquiridos en la formación, asimismo, para fortalecer la vocación de ser maestra, porque en cada día se trata de dar a los estudiantes lo mejor de uno, superando cada situación presentada de la mejor manera, donde un “te amo profe” o un “gracias profe” son los motores que me permiten seguir adelante.
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