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Mi primer día en la docencia

Relato de mi primera experiencia como docente la cual, considero, me marcó en mi vida laboral.

Octubre 19, 2017

Recuerdo que mi primer día fue bastante agitado, podría incluso señalar estresado. Inicié en el  grado pre-jardín con niños de 3 años, con los cuales adelanté una actividad de trabajo con temperas.

Con mi poca experiencia (ignorancia) le entregue a cada uno un frasco de pintura para que decoraran la figura entregada. Al dar la vuelta me di cuenta de que todos los niños se habían regado la tempera en sus uniformes y en la mesa.

Al ver lo ocurrido, no sabía qué hacer. Miraba al uno y al otro sin saber cómo reaccionar. En ese momento me pregunté si de verdad la docencia era lo que yo quería ejercer en mi vida.

La docente del salón del lado, al observar lo que acaba de pasar, me dijo: Profe, llévelos al baño, quíteles el sweater y límpielos. Rápidamente hice lo recomendado, cuando en ese momento uno de los estudiantes se me acercó, me dio un abrazo y un beso. Fue en ese momento cuando me di cuenta de que lo que acababa de pasar fue solo un impase, una experiencia que me serviría para no volver a repetir.

Ese beso, ese abrazo me dio la respuesta que buscaba. Y sí, esto era lo que quería para mi vida: la docencia.

Gracias a Dios este día terminó muy bien: a los uniformes se les quitó la tempera. Los niños estaban contentos y yo satisfecha por lo realizado en el día, aunque no fue lo que debí hacer con este recurso, pero aprendí de esta experiencia.

 

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Escrito por
Estudiante de Licenciatura de Etnoeducación de la Universidad de La Guajira
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Irma María Arévalo González
Gran Maestro Premio Compartir 2002
Ofrezco a cada uno de los alumnos un lápiz mágico y los invito a escribir su propia historia enmarcada en los cuentos y leyendas de su cultura indígena.