Usted está aquí

‘Pensando fuera de la caja’ para potenciar los resultados en educación

¿Cómo hacer que cada centavo invertido en educación tenga el mayor impacto posible? Una pregunta que nos hicimos muchas veces trabajando y que intentamos responder.

 

Agosto 18, 2021

¿Cómo hacer que cada centavo invertido en educación tenga el mayor impacto posible? Una pregunta que nos hicimos muchas veces trabajando para el gobierno de Perú y que intentamos responder en este blog.

En el 2018, un poco más de la mitad de los estudiantes de América Latina y el Caribe culmina sus estudios secundarios (63%) y 1 de cada 4  alcanza las competencias básicas en matemáticas. Además, se espera que los efectos de la pandemia profundicen aún más estos desafíos, afectando especialmente a los estudiantes más vulnerables. En la sub-región de Mesoamérica, de los jóvenes más vulnerables casi un tercio culmina la secundaria (30%) y solo 1 de cada 10 logra las competencias básicas en matemáticas. Esto se debe a la alta complejidad del problema como la coordinación de múltiples actores, la inadecuada capacidad de gestión y limitados recursos. ¿Sería posible incrementar exponencialmente las tasas de logros de aprendizaje ante esta situación?

Es posible, como por ejemplo gracias a los modelos de Financiamiento Basado en Resultados. A diferencia del financiamiento tradicional – en el que se financia actividades o insumos – aquellos basados en resultados condicionan parte o la totalidad de los recursos al logro de unos resultados predefinidos y verificados. En educación esto significaría pasar de financiar la entrega de materiales educativos a transferir recursos según se incrementen los logros de aprendizaje de los estudiantes. Por ejemplo, en la India un programa de este tipo permitió incrementar los logros de aprendizaje de los estudiantes en un 79% más que los estudiantes del grupo de control. El programa de 3 años logró generar los incentivos para adaptar los modelos de servicio educativo de manera ágil, según las barreras al impacto en cada localidad y enfocándose en los resultados de aprendizaje.

Ahora, ¿basta con condicionar recursos a los resultados deseados para obtener resultados superiores? La respuesta es no. Que los incentivos funcionen depende, en gran medida, de que el diseño del esquema de incentivos sea apropiado, de lo contrario se corre el riesgo que no se alcancen los resultados o de crear incentivos perversos.

¿Cómo diseñar adecuadamente un esquema de Financiamiento Basado en Resultados?

Luego de confirmar que un mecanismo de Financiamiento Basado en Resultados puede agregar valor a un problema en particular, se debe definir el instrumento a utilizar (p. ej. Transferencias basadas en desempeño, Contratos basados en desempeño) y el agente a incentivar (p. ej. gobierno central, subnacional, entidades sociales o privadas) . Como explicamos en el blog anterior, es importante que el agente a incentivar debe tener la capacidad institucional y financiera de lograr los resultados esperados.

Una vez definido el instrumento, se debe definir varios elementos de diseño como los resultados por los que se pagará, las metas que se asignará a cada indicador, cómo se verificarán los resultados, cuál será el cronograma de pagos, entre otros. A continuación, explicamos algunas consideraciones clave para cuatro elementos de diseño.

Primero, se debe definir los resultados por los cuales se pagará. Según el instrumento elegido y el contexto, se puede seleccionar resultados más cercanos al impacto final (outcomes) y/o resultados intermedios (outputs). Cuando lo que se busca es crear cambios sistémicos, incentivando al gobierno, por lo general se usa una mezcla de ambos tipos de resultados. Para la selección de los resultados se sugiere que estos estén estrechamente relacionados con el impacto que se espera lograr, que puedan ser medidos de manera fiable, que estén bajo el control manejable del agente incentivado y que no generen incentivos perversos.

Segundo, se debe definir las metas, o el nivel de desempeño esperado, de cada resultado incentivado. Las metas deben ser ambiciosas pero también realistas. Metas poco ambiciosas pueden traducirse en un impacto subóptimo y metas poco realistas pueden desmotivar a los agentes incentivados. Existen varias metodologías para definir metas. Por ejemplo, se puede definir metas con base en las variaciones del desempeño de los agentes en años anteriores y/o usando estándares internacionales.

Tercero, se debe definir cómo variará el pago de acuerdo con los resultados logrados. Por ejemplo, se puede pagar por cada unidad de resultado lograda (e.g. por cada punto adicional en pruebas estandarizadas) o pagar de manera escalonada según ciertos umbrales de logro (e.g. por pasar de un nivel bajo a un nivel medio de logros de aprendizaje). Al pagar por unidad se generan los incentivos para esforzarse constantemente sin importar que tan lejos se está de la meta, mientras que tener umbrales facilita la planeación financiera de los gobiernos y plantear acciones para llegar al siguiente escalón de pago. En cualquier caso, se debe reconocer apropiadamente los esfuerzos y mejorías de los agentes incentivados.

Cuarto, se debe definir el cronograma, o la frecuencia, de los pagos. Pagos periódicos pueden generar un mayor interés de los agentes incentivados y se pueden traducir en una reinversión de recursos para mejorar los resultados. Sin embargo, pagos muy frecuentes pueden complejizar la implementación y generar una presión excesiva en los actores por preparar reportes para la aprobación de los pagos.

Diseñar esquemas de Financiamiento Basado en Resultados requiere una inversión de tiempo y recursos superior a la de mecanismos financieros tradicionales. Sin embargo, esto se debe sopesar con los altísimos costos sociales y económicos de no incrementar la calidad de educación en la región. El contexto de pandemia ha traido efectos negativos en el ámbito educativo en la región – más aun en Mesoamérica – y cuyos efectos se buscan mitigar, así como la crisis económica generada – la cual ha potenciado presiones sociales con presupuestos limitados – parece ser propicio para adoptar mecanismos innovadores para producir grandes impactos impactos en educación que sean sostenibles y costo-efectivos. Finalmente, debido a las experiencias exitosas de este tipo de esquemas, el BID en colaboración con UNICEF se encuentran diseñando un Modelo de Financiamiento Basado en Resultados llamado Educación Mesoamérica cuyo objetivo es lograr que los jóvenes más vulnerables logren culminar sus estudios secundarios con las habilidades adecuadas para la vida y el trabajo.

Este contenido fue publicado originalmente en Enfoque Educación

 


Imagen blogs.iadb.org

Boletín de noticias
Registre su correo electrónico para recibir nuestras noticias.
Escrito por
Docentes de las Instituciones educativas El Minuto de Buenos Aires y Sotavento.
No hay votos aun
Estadísticas: .
Jesús Samuel Orozco Tróchez
Gran Maestro Premio Compartir 2005
Senté las bases firmes para construir una nueva escuela rural donde antes solo había tierra árida y conocimientos perdidos.