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¿Por qué no utilizo Powerpoint en clase?

No quiero dar a entender que Powerpoint es un método erróneo de aprendizaje. Simplemente creo que los docentes tenemos otras herramientas mucho más efectivas

Marzo 14, 2020

Hace ya varios años leí un artículo escrito por Tomás Delclos en el diario El País cuyo título rezaba así ‘¿Powerpoint nos hace estúpidos?’ Debo confesar que me llamó poderosamente la atención y os recomiendo que lo leáis con atención. Al final del artículo el autor hacía una breve referencia al papel que ejerce el uso de Powerpoint en el aula.

Como he dicho anteriormente, es un artículo publicado hace varios años y la tecnología aplicada al aula también ha evolucionado en este tiempo. Muchos de vosotros recordaréis como años atrás la bandeja de entrada de nuestro correo se saturaba con todo tipo de Powerpoints sobre animales, paisajes naturales, historias cómicas, críticas a políticos, etc. Afortunadamente, esta tendencia ha ido desapareciendo de un tiempo a esta parte. Por algo será…

Pero no quiero irme por las ramas, sino responder a la pregunta que da título a este artículo: ¿Por qué no utilizo powerpoint en clase? Lo cierto es que nunca me he sentido cómodo con un formato como el de Powerpoint por las razones que paso a comentaros a continuación:

  • Se prioriza el efectismo al contenido. Hay gente que tiende a utilizar más Powerpoint para impresionar que no para enseñar. Hay profesionales, y no sólo del ámbito educativo, que pasan más tiempo preocupados por los efectos que pueden incluir en sus presentaciones que no en el contenido propio de la presentación.
  • La información es unidireccional. Powerpoint no favorece la comunicación bidireccional, ya que el profesor interactúa más con la presentación que no con el alumnado. Con frecuencia los alumnos adoptan una posición pasiva y eso provoca que su grado de atención baje considerablemente mientras se lleva a cabo la presentación.

Vea: La atención es el corazón de la inteligencia

  • Desatiende las técnicas de estudios. Powerpoint no sirve para trabajar las técnicas de estudio como el subrayado, el esquema y el resumen. Yo veo más las presentaciones como el final de un trayecto y no como el principio del mismo. La presentación es algo que se ofrece al alumno como un producto acabado, no como un producto abierto y con potencialidad.
  • Se prioriza la lectura a la interpretación. Cuántas veces habremos asistido a aburridísimas reuniones y conferencias donde un conferenciante lee de forma automática una presentación. A veces el profesor puede incurrir en el mismo error y no ir más allá de una simple y superficial lectura. Esto no favorece en nada la reflexión y el intercambio de ideas entre profesor y alumno. Creo que los profesores no estamos para leer, sino para interpretar aquello que se lee.
  • Sirve de poco a la hora de estudiar. Una vez el profesor ha finalizado la explicación de la presentación, ¿qué viene después? Normalmente, el alumno no suele disponer de esa presentación y, en el caso de que la tenga, no tiene mucho sentido imprimirla para su posterior estudio.

Con estos puntos no quiero dar a entender que Powerpoint es un método erróneo de aprendizaje. Nada más lejos. Estoy seguro que muchos de vosotros lo utilizáis con cierta regularidad y os funciona como herramienta de aprendizaje. Simplemente creo que en la actualidad los docentes tenemos otras herramientas que considero mucho más efectivas y que, por encima de todo, tienen en la interacción y la bidireccionalidad del mensaje su principal razón de ser.

Lea: ¿Herramientas para educar o sólo para llamar la atención?

Contenido publicado originalmente en el blog ‘Justifica tu respuesta’ bajo licencia Creative Commons.

 


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Maestro de secundaria, defensor de la educación inclusiva, apasionado de las nuevas tecnologías y enamorado de la educación emocional
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Irma María Arévalo González
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