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Ser docente: un camino pedregoso

Ser maestro es aprender a desempeñar diferentes roles que lleven a alcanzar metas dentro y fuera del aula de clases pese a las dificultades.

Abril 7, 2017

*Este escrito es producto del taller de sistematización de experiencias realizado por Compartir Palabra Maestra en la Universidad de Cartagena el sábado 4 de marzo de 2017.​

Nadie dijo que ser maestro era una tarea fácil, en este largo recorrido es necesario  librar varias batallas. La diversidad que encontramos en una comunidad educativa es grande: niños con diferentes ritmos de aprendizaje, con problemas comportamentales, padres de familia con diversos conflictos, compañeros de trabajo con ínfulas de grandeza, directivos que no valoran el recurso humano con el que cuentan, instituciones que no cuentan con los espacios necesarios para el desarrollo de actividades académicas.

Un día cualquiera le pregunte a mi madre o más bien le reproche el por qué me había puesto a estudiar para maestra si eso no era lo que quería, hoy muchos años después de su partida entiendo que ella solo quería que tuviera un futuro, ese futuro que ella por muchas razones nunca pudo tener y que, aunque no era mi intención ser maestra, le agradezco de corazón por mi profesión, esa que me ha brindado tristezas, alegrías, llanto, regocijo, conflictos , en fin un sin número de emociones y sobre todo muchos aprendizajes.

Con el transcurrir de los años he aprendido y desaprendido de mis estudiantes, de mis colegas, de mi contexto. He reflexionado sobre mi actuar dentro y fuera del aula de clases y cada día pienso en la forma de llegar a cada uno de esos niños que llegan a la institución con una historia. Esa historia que muchos de nosotros dejamos pasar por alto, esa historia a la que le damos poca o ninguna importancia y que a veces desde el fondo de nuestro corazón no podemos hacer nada para ayudarlos y nos llena de impotencia, solo nos queda o me queda la satisfacción de brindarles  cinco horas donde puedan ser ellos mismos, puedan disfrutar del poco espacio que tienen para interactuar, imaginar y crear una nueva historia  en la que ellos son los protagonistas y deciden como vivirla, donde no tienen problemas de ninguna clase y todos son felices y comen perdices como en los cuentos de hadas.

Todos los días de mi vida me acuerdo de mi madre, esa madre que me brindó la oportunidad de conocer un mundo al que yo no quería entrar, pero que a medida que pasaron los años aprendí a querer, a librar cada una de las batallas que se me han presentado, aprendí a conocerme como persona, saber cuáles son mis fortalezas y mis debilidades. Si como maestra no me conozco, no puedo llegar a conocer a cada una de esas criaturitas que pasan por mis manos y no me quedaría la satisfacción de verlos evolucionar.

Cuando ellos parten de la institución siento una gran tristeza dentro de mí al darme cuenta que unos tomaran el camino correcto, pero otros no sabré lo que les deparara el destino.

Hoy tengo la oportunidad de conocer más sobre mi profesión y mi actuar gracias a la maestría que estoy haciendo con la universidad de Cartagena.

Le doy gracias a dios, a mi madre, a la Universidad de Cartagena y al Ministerio de Educación por esta gran oportunidad.

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Licenciada en Educación Básica con énfasis en Ciencias Naturales
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Melva Inés Aristizabal Botero
Gran Maestra Premio Compartir 2003
Abro una ventana a los niños con discapacidad para que puedan iluminar su curiosidad y ver con sus propios ojos la luz de la educación que hasta ahora solo veían por reflejos.