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¿Son las mujeres con alto nivel educativo la excepción?

En 2015, el promedio de América Latina indicó que casi 30% de las mujeres entre 15 y 24 años ni estudiaron ni trabajaron, mientras que para los hombres este porcentaje fue del 12%.

Julio 2, 2018

María Teresa Ruiz es astrónoma chilena y profesora de la Universidad de Chile. En 1997 se convirtió en la primera mujer en recibir el Premio Nacional de Ciencias en Chile gracias al descubrimiento de Kelu (un super planeta), y una supernova, entre otros objetos cósmicos.

Raquel Chan, bióloga argentina, lideró el equipo de científicos que creó una semilla más resistente a la sequía que tiene el potencial de duplicar la productividad de la soja, el trigo y el maíz.

Marcia Barbosa, una profesora de física brasileña, descubrió una peculiaridad del agua que puede conducir a un mejor entendimiento de cómo se repliegan las proteínas, un proceso clave en el tratamiento de enfermedades.

Además de contar con muchas cualidades como determinación, liderazgo, amor por la labor que desempeñan, estas mujeres lograron consolidarse como referentes en sus campos de trabajo gracias a que alcanzaron un alto nivel de educación.

La buena noticia es que ellas no son una excepción en la región: en los últimos años la brecha educativa entre mujeres y hombres, medida por el número promedio de años de educación, se ha cerrado en la gran mayoría de nuestros países.

Investigaciones recientes muestran que desde mediados de los setenta, las mujeres en Brasil, Uruguay y Argentina acumulaban, en promedio, tantos años de educación como sus compatriotas masculinos. El resto de los países cerraron la brecha a lo largo de los años 80, 90 y 2000.

Brechas de Género

¿Podemos entonces decir que hemos alcanzado la igualdad de género en educación? Aquí es donde viene la mala noticia. La última nota del Centro de Información para la Mejora de los Aprendizajes (CIMA) muestra que, a pesar de los avances en acceso, las mujeres aún enfrentan importantes desafíos en los niveles de aprendizaje y en los resultados del mercado laboral, y por lo tanto, estas exitosas mujeres científicas sí son de cierta forma, una excepción.

En términos de aprendizaje, todavía observamos los sesgos tradicionales: según los resultados de la prueba regional TERCE, los niños de sexto grado en la región se desempeñan mejor que las mujeres en Matemática, y las niñas, se desempeñan mejor en lectura, pero estas diferencias tan significativas no las vemos en niños y niñas en tercer grado.

Cuando analizamos esto, las diferencias son amplias en los estudiantes de sexto grado en casi todos los países, lo que evidencia que las brechas en matemática no son innatas, sino que resultan de estereotipos de género presentes en nuestros países.

A pesar del alto nivel de acceso a educación de las mujeres en todos los niveles educativos, desde preescolar hasta educación superior, las mujeres jóvenes presentan mayores desafíos en el mercado laboral que los hombres. 

En 2015, el promedio de América Latina indicó que casi 30% de las mujeres entre 15 y 24 años ni estudiaron ni trabajaron, mientras que para los hombres este porcentaje fue del 12%. Aunque aumentó la cantidad de mujeres activas desde el 2005, los otros indicadores de desempeño laboral no son alentadores: menores índices de participación laboral, mayor probabilidad de trabajar en el sector informal y menor salario promedio por hora.

El acceso a la educación se sitúa en el corazón de los movimientos sociales de reivindicación de los derechos de la mujer y se han logrado importantes avances en los últimos años. Sin embargo, aún debemos hacer un esfuerzo para que los avances en educación se traduzcan en mejores aprendizajes para las niñas, y se materialicen en mejores oportunidades en el mercado laboral para las jóvenes.

De esta manera, podremos seguir incluyendo en nuestras historias a brillantes mujeres como Maria Teresa, Raquel y Marta para que sean referentes de las artes y las ciencias en América Latina.

 

Contenido publicado originalmente en el blog educativo del BID.  

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Rubén Darío Cárdenas
Gran Rector Premio Compartir 2016
Concibo al maestro como la encarnación del modelo de ser humano de una sociedad mejor. Él encarna todos los valores que quisiera ver reflejados en una mejor sociedad.