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Algunas de las infames barreras para la educación online

En Colombia se prefiere la educación presencial porque se tiene el concepto de que su calidad es mayor a la en línea. Sin embargo, faltan comparaciones basadas en la evidencia para afirmarlo.

Marzo 4, 2019

Ante los grandes déficits en la educación colombiana, la cual queda evidenciada claramente en los resultados de las más básicas habilidades de la lectura y la matemática, resulta ya necesario fomentar el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información, además de propuestas innovadoras que saquen del atraso en el que se encuentran nuestros niños, jóvenes y adultos, pues esta problemática no se puede reducir de tajo a aquellos que ya no asisten al colegio o a las universidades.

Dentro del amplio mundo de opciones que ya existen, la educación en línea u online se ha convertido en una de las grandes revoluciones del siglo XXI y está impactando de una forma enorme a millones de instituciones y aprendices de formas insospechadas. Los ejemplos de experiencias exitosas son abundantes pero no suelen tener la publicidad que tienen aquellos que son respaldados por instituciones educativas de gran reputación, lo cual demuestra que pertenecer a una institución educativa no es sólo un acceso a la educación sino a una comunidad que se cuida entre sí, pero que a su vez, compite contra lo que es ajeno a ella.

La educación en línea en nuestro país ha aumentado y cada vez son más los estudiantes que son parte de esta modalidad, sin contar la multiplicidad de programas de todos los niveles que se han construido en la última década y que muestran unas ventajas enormes respecto a los costes de la educación presencial. Esta modalidad de educación aún está desenvolviéndose y adaptándose, buscando nuevos adeptos y formas de integrarse a la oferta mundial, cuestión en la que han tenido un éxito notable si tenemos en cuenta que los grandes proyectos de esta modalidad empezaron hace menos de una década.

La mayor parte de la educación en línea aún no actúa como un sistema validado en muchas regiones del mundo, especialmente en aquellas con peor desarrollo en sus sistemas de acceso a la tecnología y de burocracia sistemática. Los países que sí han sacado el mejor potencial de esta modalidad de educación son aquellos que han integrado en sus políticas de estado proyectos relacionados al ofrecimiento de educación a nivel masivo, tal como es el caso de Japón, Estados Unidos, Holanda o China, entre otros, los cuales suelen ser los que dominan en los rankings internacionales en todos los niveles formativos, aspecto que resulta preocupante si tenemos en cuenta la agudización de la brecha formativa y productiva.

Colombia está generando procesos de integración y desarrollo de educación en línea de forma muy lenta a comparación al ritmo al que se desarrollan las grandes potencias educativas, sin que esto signifique que no existan propuestas o personas interesadas en promover la educación en línea, pues un gran ejemplo es la Fundación Compartir con sus cursos de formación pedagógica o el Servicio Nacional de Aprendizaje con su oferta de formación virtual, las cuales no tienen la trabas económicas o temporales que sí podrían tener otros espacios o modalidades educativas.

Las barreras que resultan infames son aquellas relacionadas a las comprensiones erróneas de lo que es la educación en línea y en la imposibilidad de encarar los factores que subyacen a esta realidad. La baja comprensión lectora, la falta de autonomía para el aprendizaje, las limitaciones lingüísticas y la escasez en habilidades matemáticas son algunas de las principales barreras que tenemos en nuestra cotidianeidad formativa y es la educación en línea la que, generalmente, pone a prueba esto que resulta fundamental para desenvolverse en el campo académico y en la vida.

En Colombia se prefiere la educación presencial porque se tiene el concepto de que su calidad es mayor a la educación en línea, sin embargo, no se han hecho comparaciones basadas en la evidencia que puedan sostener esta afirmación. Aun así, la mayoría de colombianos al criticar la educación en línea se están exponiendo a sí mismos, pues ponen en evidencia que las competencias más básicas para el aprendizaje no han sido consolidadas y que ese rechazo a la educación en línea no es más que un temor por la incompetencia educativa en la que se encuentra sumida la gran mayoría de nuestra nación.

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Escrito por
Psicólogo educativo
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Melva Inés Aristizabal Botero
Gran Maestra Premio Compartir 2003
Abro una ventana a los niños con discapacidad para que puedan iluminar su curiosidad y ver con sus propios ojos la luz de la educación que hasta ahora solo veían por reflejos.