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Design Thinking: Pensar, diseñar y transformar en contextos educativos

La búsqueda de estrategias que permitan la confrontación de estos desafíos pone en relieve la necesidad de incorporar herramientas que viabilicen la solución de problemas reales en contextos y condiciones reales.

Mayo 27, 2021

“Diseño es toda acción creativa que cumple una finalidad”
Pensamiento Bauhaus

La creciente preocupación sobre cómo interactuar con las tecnologías digitales y llevarlas a los espacios de formación, ha generado la formulación de diversos planes y rutas, donde dichos recursos son un motor fundamental en la transformación de las sociedades. Ser parte de esta cuarta revolución implica, entre otras, la integración de las tecnologías digitales en la cotidianidad del ser humano y con ello, el replanteamiento sobre las formas de relacionarnos, de trabajar juntos, de acceder a la información y construir conocimientos. Sin duda, un gran desafío para la educación.

La búsqueda de estrategias que permitan la confrontación de estos desafíos, desde una educación inclusiva, equitativa y de calidad, pone en relieve la necesidad de incorporar herramientas que viabilicen la solución de problemas reales en contextos y condiciones reales.

Y mientras los desafíos sociales crecen y se vuelven más complejos, a propósito del desarrollo digital ¿no crees que sería realmente impactante que desde ahora todos participemos de las contribuciones y los cambios en los escenarios educativos? ¿Que seamos parte de la solución a las problemáticas de nuestros contextos?

En este sentido, el design thinking se suma como una metodología para pensar, diseñar y transformar las necesidades, problemáticas y fenómenos educativos. Con un enfoque estructurado y dinámico, que invita a la creación y al cambio en ambientes de igualdad, logra poner en diálogo constructivo los desafíos y realidades de las comunidades, consigue generar progresos significativos de forma continua, y favorece el desarrollo de procesos de innovación educativa.

Aunque el design thinking plantea cinco momentos estratégicos para comprender, analizar, crear y dar soluciones a los fenómenos educativos, es sin duda, la empatía un elemento tranversal y esencial para establecer propuestas que, efectivamente respondan a las necesidades identificadas.

Esa así como, en un primer momento, descubrimos las problemáticas del entorno mediante la observación y la identificación de fenómenos educativos. Empatizar es fundamental desde este instante, para aprender de los participantes y la comunidad educativa. La exploración y la indagación proveen de experiencias inspiradoras de distintos campos, para el diseño de solución.

Interpretamos, en el segundo momento, las motivaciones e intereses de los participantes. Se analizan los hallazgos desde distintos puntos de vista, con el fin de precisar qué sucede con la problemática y cómo se manifiesta. Esto ayuda a determinar la relevancia y pertinencia de la iniciativa en el contexto educativo. La pregunta sobre “¿cómo podríamos...?", permite definir el reto y abrir un sinnúmero de posibles ideas para estructurar la solución.

Y así se llega a la ideación: el tercer momento, donde la imaginación, los mundos posibles y la fantasía se convierten en los principales aliados del proceso. En primera instancia, el pensamiento divergente rompe con paradigmas y soluciones normo-típicas esperando inventariar muchas ideas y de todo tipo. En segunda instancia, el pensamiento convergente permite seleccionar de la lluvia de ideas, aquellas que son factibles y presentan un alto potencial para evolucionar en una solución real.

Con una idea formalizada, aterrizamos al punto “maker” de la ruta: el prototipado. Y resulta ser muy apasionante porque es el momento para experimentar, jugar con supuestos y atributos, utilizar múltiples recursos y hacer tangible la idea de solución. Las interacciones con los participantes son esenciales en este cuarto momento del design thinking porque permiten recoger las respuestas e impresiones directas sobre los prototipos. Esto posibilita la evaluación y retroalimentación a la iniciativa, convirtiéndose en una oportunidad para mejorar.

El quinto momento no es el último, porque en el design thinking los procesos son una constante iteración. La evolución significa llegar a un punto donde se ejecuta la iniciativa y se hace seguimiento para evaluar el progreso. Es vital documentar toda la experiencia, así mismo, establecer espacios y formas para divulgar los avances.  Con el reconocimiento de debilidades, fortalezas, amenazas y oportunidades durante el desarrollo, se establecen nuevos criterios para potenciar el reto de solución en una siguiente etapa.

Con el design thinking en el contexto educativo se identifican y se piensan las problemáticas de distintas formas, se promueve la transformación y el progreso en escenarios de igualdad y colaboración; y se estimula el desarrollo de la creatividad y la innovación a través de la creación de mejores soluciones, que estén comprometidas con el bienestar ambiental y social de todos.

 


Imagen Robo Wunderkind on Unsplash

 

*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad estricta del autor.
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Profesora de Educación Artística y Diseñadora Gráfica. Normalista, especialista en educación superior y magistra en educación.
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Diego Fernando Barragán Giraldo
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