Discapacidad sin deserción escolar en época de pandemia

Cuando llegué al salón de profesores de la Institución Educativa, todos aplaudían y me daban las gracias por estar ahí…“por fin”, para ayudarles con la difícil tarea que les daba el Ministerio de Educación de realizar un proceso que según ellos es tan complejo como la discapacidad misma, hablamos de Inclusión. 

Hoy dos años después y desde la comodidad de mi escritorio, en domingo, con un PC que digamos funciona bien, un internet bastante ágil y sin ninguna interrupción, me apresto a compartir con ustedes algunas de las experiencias que viví como docente de apoyo para para la atención de los estudiantes con capacidades o con talentos excepcionales, y que quizás les puedan servir para ponerlas en práctica, en una época un tanto rara para todos y que llegó por cuenta de una epidemia para la cual como seres humanos y como maestros jamás nos prepararon.

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Una de las responsabilidades de los Establecimientos Educativos es garantizar a todos los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, el derecho a una educación que potencie el desarrollo de sus capacidades o talentos excepcionales en el sistema educativo, en condiciones de igualdad, adaptabilidad y aceptación.

Lo anterior está claro para todos nosotros y para ello se han implementado a causa de la pandemia modalidades para la enseñanza como es por ejemplo la virtualidad, la cual hace referencia según el MEN a que no es necesario que el cuerpo, el tiempo y el espacio se conjuguen para lograr establecer un encuentro de diálogo o experiencia de aprendizaje. Vaya situación cuando de discapacidad se trata.

Y ahí van esos imaginarios de los que hablé anteriormente y que nos llevan a pensar que: Los chicos o adolescente con discapacidad no aprenden, o requieren muchos apoyos para hacerlo, o su capacidad para tomar decisiones sobre diferentes aspectos está afectada o también que ellos no avanzan en su proceso de enseñanza – aprendizaje, si no estamos para empujarlos, entonces viene la pregunta obligada y que tanto nos preocupa: cómo vamos a saber que realmente aprendieron algo significativo usando solamente un dispositivo electrónico y contando con la posibilidad intangible del acompañamiento de padre o cuidador que tenga las condiciones y/o cualidades para lograrlo?

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El panorama es algo desalentador pues se necesitan diferentes materiales y herramientas, técnicas y métodos con pedagogías y didácticas tan diversas como los estudiantes mismos, que nos permitan mantener su atención estando en casa y con múltiples distractores. Es aquí donde nos encontraremos para intercambiar experiencias y hacer de nuestro trabajo una manera para que la inclusión siga siendo una realidad, para que nuestros estudiantes por cuenta de un virus no decidan desertar de un proceso escolar que ya de por sí es difícil para ellos aun cuando se haga de manera presencial.

Les comparto algunos tips que encontré y que para empezar serán de gran ayuda para todos los estudiantes.

1. Establezcan rutinas de atención y calentamiento mental, mostrar el tiempo en la pantalla. 
2. Generen bloques de 15 minutos, en donde haya movimiento como aplausos, pitos, entre otros para mantener la atención. Cambiar tonos de voz, hacer preguntas en la pizarra opciones de respuesta múltiple para hacer énfasis en los diferentes temas.
3. Estrategias de supervisión o acompañamiento en tiempos muertos
4. Controlen el nivel de dificultad, para disminuir el nivel de frustración.
5. Utilizar el humor, dar ejemplos cercanos con analogías y metáforas relevantes.
6. Hagan clases muy variadas en donde el juego es una parte esencial para mantener la atención de los estudiantes.

Siempre recuerden que necesario establecer una relación interpersonal de carácter educativo con la familia de los chicos aunque no se dé un encuentro personal con ellos, para establecer compromisos, hacer seguimiento de los progresos, evaluar las dificultades y sobre todo para saber que están ambos para apoyarse y para evitar que presente la deserción escolar en época de pandemia.