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Docentes sin motivación = estudiantes sin dedicación

Aunque el contexto socioeconómico afecta el desempeño académico, no es un impedimento para formar estudiantes exitosos y comprometidos.

Marzo 11, 2015

“Desde que se inventaron las excusas, todo el mundo queda bien”,  así reza un dicho popular que encierra una gran verdad: los falsos mitos acarrean más limitaciones que ventajas a la hora de emprender nuevos retos.

En el tema educativo esto no podría ser más verídico, ya que aunque en Colombia la situación en muchas zonas del país no es fácil, los mitos que son aceptados como verdades universales impiden el desarrollo de nuevas ideas y planes para mejorar el esquema educativo de nuestras escuelas y obtener un mejor desempeño académico de parte de los alumnos.

Recientemente, BBC News publicó una columna de opinión sobre diversos mitos que giran alrededor de los sistemas escolares más exitosos. Luego de leer y analizar la columna, es cierto que muchas de estas creencias afectan la percepción, tanto para los directivos como para los educadores, sobre cómo mejorar los esquemas pedagógicos en el país. Pero sobre todo, crean barreras inexistentes que podrían ser superadas con un cambio de mentalidad enfocado hacia el desarrollo.

Por ejemplo, las desventajas sociales son concebidas como un gran obstáculo para lograr resultados exitosos en las calificaciones del colegio. Sin embargo, este mito es desmentido en la misma columna ya que las pruebas internacionales PISA demuestran que los jóvenes de 15 años con mayores desventajas sociales en Shanghai (China) tienen mejores habilidades matemáticas que el 10% de los estudiantes más privilegiados en Estados Unidos y en varios países europeos. Las limitaciones sociales y el contexto socioeconómico, si bien constituyen una dificultad para el aprendizaje, pueden ser vencidas si por ejemplo el estudiante cuenta con una motivación fuerte que le permita seguir adelante con sus tareas y trabajos escolares a pesar de las diferentes carencias que existan.

Para la prueba y más en nuestro contexto local, tenemos las innumerables historias de éxito del programa “Ser pilo paga”, que a pesar de los múltiples cuestionamientos que ha tenido, ha demostrado que la anterior premisa es falsa a través de historias como las de Luis Mario Mosquera y Édison Parra. Ambos estudiantes, provenientes de regiones altamente vulnerables del país y con problemas diversos como la inestabilidad del fluido eléctrico superaron de lejos a muchos otros privilegiados con los excelentes resultados de sus pruebas SABER.

Los fuertes obstáculos fueron, para ambos estudiantes, la “gasolina” para impulsar el motor del estudio. Pero en muchas ocasiones promover y tener ese nivel de motivación no es fácil, sobre todo cuando el entorno para el aprendizaje no es favorable. Y en todos los casos nada favorece un buen ambiente escolar que un docente motivado. Es importante contar con maestros apasionados, que puedan hacer que cada día para sus estudiantes sea más emocionante que el anterior.

La gran falla de la educación es quizás no transmitir el sentimiento que con cada acción todos los estudiantes forman parte de algo más grande y pueden en realidad, ser actores de cambio. Pero en un mundo donde ser mediocre y conformista es más común que ser arriesgado e inconforme, es difícil transmitir este sentimiento si ni siquiera se cuentan con buenas condiciones para que los profesores puedan inculcar esta noción.

Si al maestro no se le motiva, no posee buenas condiciones laborales y además, se le trata injustamente con exceso de trabajo, es imposible pensar en estudiantes más motivados que vean en la educación las posibilidades para crecer. Si desde el primer momento que un estudiante llega a clase y ve a un docente aburrido, parco y plano, posiblemente opte por otro camino distinto al de seguir en el sistema educativo.

En la columna de BBC News ya mencionada, se afirma que para superar las dificultades de las desventajas socioeconómicas, se busca atraer a los docentes más talentosos a las aulas que enfrentan mayores desafíos. Y la conclusión a la que deberíamos llegar es simple: ¿Estamos formando y motivando a los docentes más talentosos para que desde los contextos más complejos puedan educar a los estudiantes con mayores dificultades?

*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad estricta del autor.
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Escrito por
Comunicadora social y periodista
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Melva Inés Aristizabal Botero
Gran Maestra Premio Compartir 2003
Abro una ventana a los niños con discapacidad para que puedan iluminar su curiosidad y ver con sus propios ojos la luz de la educación que hasta ahora solo veían por reflejos.