El aprendizaje y sus dificultades: un asunto de casa

La información para este estudio fue recolectada a partir de ciento treinta historias clínicas que se realizaron. Del análisis y sistematización de esta información se logró identificar las posibles causas familiares que desencadenan problemas de aprendizaje en los niños, llevando a que su proceso escolar se vea afectado. No obstante, si bien se responsabiliza a los padres de dicha afectación, también se les refiere como los posibles reparadores y promotores del aprendizaje escolar en el hogar.

Objetivos

• Caracterizar las dificultades del aprendizaje que se enuncian en las historias clínicas.
• Reconocer las características familiares que se enuncian en las historias clínicas.
• Identificar patrones de comportamiento familiar que propician la aparición de dificultades del aprendizaje.

Impacto en la política pública

Continuar reconociendo la importancia de la familia como un actor primordial en el proceso educativo de los hijos. Vincular más su participación a través de actividades donde ellos también hagan del aprendizaje de sus hijos una oportunidad para crecer juntos.

Metodología 

El número total de historias clínicas revisadas fue de 305. Se realizó una matriz donde se establecían las siguientes categorías:

• Datos personales del niño
• Información sobre la concepción y embarazo de la madre
• Antecedentes médicos y escolares del niño
• Ocupación de los padres o cuidadores
• Caracterización de la rutina diaria en semana y fin de semana 
• Características de las personas que permanecen con el niño 
• Descripción de la relación padre-hijo
• La percepción del niño sobre sus padres
• Hábitos de estudio 
• Manejo de las normas, límites y permisos en el hogar
• Establecimiento de metas
• Expectativas de los padres 
• Entre otros

Resultados
Del análisis, cruce, comparación, y sistematización de las historias clínicas emergieron las siguientes categorías que sugieren los posibles motivos familiares que desencadenan dificultades del aprendizaje en los niños: 

1. Falta de normatividad en el hogar

A esta categoría pertenecen los niños que no presentan ninguna rutina en el día. Son niños a los que no se les asigna deberes y responsabilidades en el hogar por parte de sus padres o cuidadores, que no cumplen horarios y por lo general pasan el tiempo solo o sin autoridad. Estos niños que presentan problemas con la estructuración de la norma, es decir, que no han hecho un proceso de apropiación de la misma, y que llevan una vida sin control ni límites, son niños que presentan definitivamente dificultades con el aprendizaje, y no se puede garantizar la apropiación de los mecanismos del conocimiento (Barrero, 2006).

2. La ausencia de padre o madre

A esta categoría pertenecen los niños que permanecen todos los días solos. Algunos niños permanecen con los abuelos o con la empleada de servicio, pero sin recibir ninguna autoridad o guía por parte de ellos. Son niños cuya figura de autoridad no ha sido construida. No reciben ninguna orientación en sus labores escolares.

Para Winnicott (1988), los padres son esenciales en el desarrollo sano del niño, y de tal forma serán miembros útiles en la comunidad. Por su parte, Dolto (1989) asegura que el desarrollo correcto del niño es una familia unida, donde el hijo encuentre seguridad, afecto y confianza en cada uno de sus padres. Asimismo, a esta categoría pertenecen niños que son dejados al cuidado de personas que carecen de estudios y presentan poco interés escolar, llevando a que estos niños sufran las consecuencias de una experiencia inadecuada, pues aprenden significados e ideas no muy apropiadas, y de esta manera su aprendizaje se va a ver alterado (Osman, 1999). 

3. El hijo imaginado 

A esta categoría pertenecen los niños que presentan dificultades de relación con sus padres. Son niños rechazados o invisbilizados porque no cumplen con las expectativas de sus padres. Pueden ser niños muy exitosos en unas áreas y presentar dificultades en otras, que por lo general son las que más los presionan sus padres, para que obtengan buenos resultados. Son niños cuyos padres ya tienen trazado (o ya venían con un destino trazado) un futuro vocacional, siendo muchas veces totalmente opuesto a los intereses y habilidades del niño. De acuerdo con Winnicott (1965), los padres son los responsables de entregar a la sociedad seres útiles que contribuyan a un mejor porvenir; de ahí que el interés en la educación, específicamente el aprendizaje debe ser ante todo una prioridad en el escenario familiar (Barrero, 2006).

4. El poder de las palabras

A esta categoría pertenecen los niños cuyos padres transmiten un mensaje negativo hacia el aprendizaje escolar o hacia el oficio de estudiar. Son niños que presentan baja motivación escolar. Sus padres son los primeros promotores del desencanto escolar y los incita a realizar otras actividades muy poco vinculadas con el amor y respeto al estudio. Son los padres quienes envían significaciones ofertadas a sus hijos que obstaculizan o favorecen la escolarización de los mismos (Schlemenson, 2001).

Pertinencia social

Las dificultades del aprendizaje son problemas en el orden subjetivo de la estructuración psíquica de un niño, de ahí que se considere a la familia como la generadora de dichas dificultades, pues la diferenciación y estructuración psíquica proviene de las experiencias y relaciones que el niño establece con sus padres (Freud, 1981a). De igual forma, Dolto (1915) plantea que el niño es muchas veces el soporte de tensiones en la dinámica emocional inconsciente de los padres. Estas tensiones no son puestas en palabras, por tanto el niño las dejara ver a través del silencio del síntoma, en este caso, de las dificultades del aprendizaje. Igualmente, Piera Aulagnier (1977) propone una de las teorías psicoanalíticas más relevantes en cuanto a la actividad representativa de los niños, es decir, la capacidad del niño para aprender. Esta analista refiere que el sujeto preexiste antes de ser concebido, y ocupa un lugar en la imaginación o discurso de sus padres, de tal manera que cuando nace un bebe este ya tiene una representación y lugar en la historia de sus padres.

De acuerdo con lo anterior, el aprendizaje de los niños es un asunto que involucra a toda la comunidad educativa. Especialmente a sus primeros educadores que son sus padres o cuidadores responsables. De estos debe partir la promoción y respeto hacia el acto de aprender, para que desde pequeños logren gestar un proyecto de vida productivo, que los haga seres felices pero también útiles y productivos a la sociedad.

Las dificultades del aprendizaje pueden desencadenarse por los desórdenes familiares que se vivencien al interior del hogar; pero así como los padres son los responsables de dicha aparición; también ellos pueden tener ese poder de reparar y lograr que el niño recupere ese deseo por aprender, pues ya se siente aceptado y valorado como es.