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El Derecho es el Ser humano

El gobierno y las autoridades de la educación requieren conocer a profundidad lo que ocurre con las poblaciones atendidas o por atender. 

Junio 2, 2017

Por: Fernando A. Rincón Trujillo

En general, los derechos son de las personas, y es en ellas donde se concretan y en quienes deben ser evidenciados; las políticas públicas son, en esencia, para que los derechos sean universales en el sentido de que en todas las personas se aseguren. En materia de educación, hay compromisos de orden multinacional y nacional que obligan: están los de diversos tratados internacionales y los constitucionales y legales colombianos, lo mismo que responsabilidades territoriales de gobiernos, al igual que mandatos ciudadanos como los planes decenales de educación y otros pactos con algún nivel indicativo y de exigibilidad.

En consecuencia, el Plan Distrital de desarrollo 2012- 2016 ‘Bogotá Humana’ busca contribuir en la superación de la segregación y la inequidad y potenciar las capacidades de las personas, y el plan institucional del IDEP se propone como objetivo general construir y socializar conocimiento sobre la educación para materializar este derecho. Así, es tarea del IDEP examinar y pensar la educación con lo que esto implica: las personas que la requieren y las personas con quienes se ofrece, lo que en la práctica involucra estudiar las políticas, las pedagogías, los currículos, los proyectos educativos, las culturas escolares y las complejas relaciones que allí se den.

Por lo anterior, el plan institucional IDEP 2012-2016 incluye como uno de los componentes misionales el denominado Educación y políticas públicas, que realiza estudios y análisis de las políticas relacionadas con el cumplimiento integral del derecho a la educación, cuyo examen necesariamente debe considerar, como se dijo, a las personas para quienes se formulan y ejecutan.

La aspiración es que las políticas sean valoradas en la medida en que partan de tener en cuenta a las personas como sujetos de derechos y de saberes y lo que en ellas juegan las subjetividades, las identidades, las relaciones con otros, las culturas y las condiciones que evidencien desatención o inequidad.

Por esta razón, los estudios del componente se organizan en tres ámbitos particulares aunque estrechamente relacionados: subjetividad, diversidad e interculturalidad; educación ciudadana, derechos humanos y ambientales; y, derecho a la educación. En el primero se incluyen estudios atinentes a los sujetos de la educación; en el segundo, estudios sobre las relaciones entre las personas y de ellas con los entornos naturales y los contextos sociales; y en el tercero, asuntos enmarcados en políticas públicas para la educación formal.

La mirada al derecho

Tomar al ser humano como “centro de las preocupaciones” de las políticas educativas en clave del plan ‘Bogotá Humana’ demanda una comprensión integral del derecho a la educación, lo que en la práctica se observa que aún no se logra a cabalidad en nuestro país. Se constata en muchos casos que las instituciones responsables de la educación tienen la dificultad de comprender de manera plena este derecho en sus componentes de disponibilidad, acceso, permanencia y calidad, en las relaciones entre estos y en su asimilación en correspondencia con los derechos en la educación y con los derechos desde la educación.

Lo común es que, por ejemplo, se examinen por separado asuntos como las instalaciones educativas y las dotaciones, la planta docente, la matrícula, la formación y actualización de los educadores, los resultados obtenidos por estudiantes en pruebas de competencias académicas y hasta los efectos de acciones de apoyo como alimentación y transporte escolar, sin que se logre interpretar de manera integral la educación como un servicio público con una función social con efecto concreto en los estudiantes, en sus aprendizajes y proyectos de vida, en sus familias y sus comunidades.

Como la educación es, por lo general, examinada por temas aislados, ocurre que tanto en las políticas públicas generales como en las institucionales que las ejecutan, así como en los imaginarios de la sociedad, se tenga una comprensión parcial o limitada del alcance de lo que significa el derecho a la educación, que en unos casos se restringe a asuntos de cobertura; en otros a una idea de calidad apegada a resultados de pruebas académicas universales y externas; para otros a indicadores de conflicto, agresión e irrespeto de normas; y en algunos otros, a una esperada competitividad en relación con las expectativas de empresarios según un modelo de desarrollo económico. Todo esto termina afectando a la población colombiana en su conjunto por cuanto no existen ni claridad ni acuerdos sobre lo que implica el cumplimiento de la educación desde el enfoque de derecho, que es complejo, y que como tal debe ser asumido por el Estado, la sociedad y las familias en tanto principales responsables de él en beneficio de las actuales y futuras generaciones y de un proyecto de ciudad, de región y de nación.

Así, una comprensión restringida del derecho, sumada a la carencia de información suficiente, oportuna y pertinente -en la medida en que dé cuenta de un derecho complejo como la educación-, se constituye en una limitante mayor cuando se trata de reconocer condiciones y posibilidades para formular y ejecutar la política pública, y por esa vía, contribuir con la dignificación de la vida y la superación de la segregación, que es lo que pretenden la Constitución colombiana y el plan Bogotá Humana.

Para zanjar este problema y lograr los propósitos de la política, el gobierno y las autoridades de la educación requieren conocer a profundidad lo que ocurre con las poblaciones atendidas o por atender, pues, como afirma Martha Nussbaum, “Si entendemos que una sociedad no es mínimamente justa hasta que no facilita a sus miembros las precondiciones de una vida que esté a la altura de la dignidad humana, entonces incumbe a los actores políticos indagar y determinar qué elementos se necesitan para que una vida sea así…. Dicho de otro modo, si quieren facilitar ese mínimo de vida digna, antes deben saber cuál es.”

Lea el contenido original en AulaUrbana. 

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