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El pensamiento crítico de muerte lenta

La polémica decisión de España de ‘sacar’ de las aulas a la materia de filosofía pone en la mesa el debate sobre la tendencia de varios sistemas educativos de demeritar las ciencias sociales, artes y humanidades. 

Octubre 12, 2015

Bastante polémica ha causado en España la última reforma educativa que margina a la asignatura de Filosofía de su currículo semanal y cambia su rol de forma sustancial, pasando de ser obligatoria a optativa. Obviamente esto ha generado que muchos  docentes se movilicen para evitar que los fundamentos del pensamiento occidental salgan de las aulas de clase.

Lamentablemente son muchos los sistemas educativos que cada vez más quitan la asignación horaria a las áreas que fomentan la capacidad crítica, la razón, la creatividad y la humanidad, como ha pasado en Colombia desde hace muchos años. En nuestro país, se integraron las ciencias sociales en una sola franja de clase y se perdió la riqueza de las asignaturas que la integran como la historia, la geografía, la ética y una que denominaban paz y democracia, expulsadas de manera silenciosa e inmutable de nuestro sistema educativo.

Siempre hemos tenido la idea, un tanto errónea, que las materias como la filosofía son las que enseñan a pensar y la ética enseña a saber vivir, se ha difundido la idea que ambas materias han sido sobrevaloradas y hasta calificadas por costura, ya que se han vendido como aburridas y para “intelectualoides”, románticos de la vida que viven de una obsesión con lo inmediato. Por ello, se deja de lado que con todas las áreas del conocimiento se aprende a pensar con otras materias, que al ser complementadas con la filosofía emanan el pensamiento crítico, que es finalmente el que sustenta la democracia.

“Siempre hemos tenido la idea, un tanto errónea, que las materias como la filosofía son las que enseñan a pensar y la ética enseña a saber vivir, siempre han sido sobrevaloradas y hasta calificadas por costura

Los sistemas educativos se están rediseñando sólo para crear robots que lo único que saben hacer es pasar por el tubo de una cadena de producción de conformistas, ‘criticones’ sin objetividad, indiferentes y encerrados en el  vacío mundo del WhatsApp y las redes sociales.

Un camino donde la insolidaridad y el egoísmo son el fuerte, la falta de conciencia social, no puede ser una apuesta de futuro…al final de cuentas todo se queda en las mejores notas, ya que a mejor “sobachaqueta” más posibilidades habrán.

Hoy en España están matando la educación ciudadana, en Colombia hace años enterramos las competencias ciudadanas y ahora nos hablan de Cátedra para la Paz, pero seguimos igual.

Enseñar a desarrollar el pensamiento crítico no es una tarea sencilla. Los sistemas educativos deben aplicar métodos destinados a inspirar la interacción, la deliberación, el debate y la reflexión que lleven a una mejor comprensión de las cosas que pasan. De allí tendremos individuos que no coman entero, que argumenten, que lean e investiguen, que sean conscientes y no fanáticos ideológicos, que no se enfocan en las diferentes modalidades sociales en las que se dinamiza el mundo.

Echar a Platón de las aulas, es seguir llevando a que nuestra juventud no entienda algo del mundo en el que viven.

*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad estricta del autor.
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Melva Inés Aristizabal Botero
Gran Maestra Premio Compartir 2003
Abro una ventana a los niños con discapacidad para que puedan iluminar su curiosidad y ver con sus propios ojos la luz de la educación que hasta ahora solo veían por reflejos.