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El saber pedagógico en manos del maestro

Perspectivas que permiten realizar un análisis y aplicar el saber pedagógico en las condiciones reales de una escuela determinada.

Enero 7, 2018

Cuando un maestro enseña, pone en juego un saber específico, al que llamaremos el saber pedagógico. Este saber puede analizarse a partir de los elementos y factores que el maestro tiene en cuenta cuando está preparando su clase.

En este artículo presentaré brevemente cuatro perspectivas que permiten realizar ese análisis, así como algunas limitaciones que se le presentan al maestro al aplicar su saber pedagógico en las condiciones reales de una escuela determinada.

Cuatro dimensiones del saber pedagógico

Si le preguntamos a un grupo de maestros en qué piensan cuando preparan su clase, las respuestas podrán agruparse generalmente alrededor de cuatro grandes categorías.

¿Qué se enseña?

La primera categoría tiene que ver con respuestas tales como: pensamos en los programas, en la asignatura, en los contenidos que tenemos que enseñar. Estas respuestas están indicando que los maestros tienen en cuenta qué enseñan.

Aunque parezca una cosa trivial, esta pregunta que se hacen los maestros es muy compleja. Esto se debe a que, antes de llegar al salón de clases para ser enseñados, los contenidos de las asignaturas o de las áreas pasan por un proceso que está lejos de ser simple. En primer lugar, estos contenidos son construidos por los investigadores que se encargan de que las diferentes ciencias y disciplinas avancen en sus conocimientos, que no se queden estancadas.

Tenemos entonces, por ejemplo, a los historiadores que examinan las huellas de la historia, las interpretan, establecen relaciones entre ellas, reflexionan acerca del proceso mismo de investigar y de hacer historia. Lo mismo puede decirse de las otras disciplinas y ciencias, así como de las áreas deportivas y técnicas, en las cuales se construyen criterios del “buen jugar”, del “bien hacer”, a partir de la práctica de las personas y de los grupos que logran niveles de excelencia en su campo.

En segundo lugar, estos conocimientos son transmitidos a los futuros maestros en la universidad o en la normal. Fácilmente se ve que lo que allí León Darío Uribe, maestro visitado por el Premio en la ciudad de Barranquilla en el 2004. Se trasmite ya no es el proceso mismo de investigar en el campo (aunque tal vez esto debería ser lo más importante), sino un compendio de los resultados y las teorías que en un momento dado se consideran fundamentales para la formación docente.

Los futuros maestros, a su vez, asimilan estos resultados desde su propia visión y perspectiva, desde sus preocupaciones, y desde lo que perciben como su futura labor de enseñar. En tercer lugar, cuando el maestro ya está en ejercicio de su labor docente, él mismo transforma esos contenidos que aprendió en un saber objeto de enseñanza adecuado a sus circunstancias concretas.

Para lograrlo, el maestro selecciona los contenidos, los transforma, los simplifica, busca ejemplos que sus alumnos puedan aprender fácilmente, se preocupa por relacionarlos con lo que los alumnos ya saben. En resumen, realiza una labor conceptual y artística compleja.

*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad estricta del autor.
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Irma María Arévalo González
Gran Maestro Premio Compartir 2002
Ofrezco a cada uno de los alumnos un lápiz mágico y los invito a escribir su propia historia enmarcada en los cuentos y leyendas de su cultura indígena.