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La cuarta revolución industrial y la educación

Las formas en que la sociedad produce, distribuye y consume bienes y servicios están cambiando en forma vertiginosa. La manera en que se educan niños y jóvenes debe ajustarse a los cambios.

Enero 31, 2016

Se habla hoy de la cuarta revolución industrial que se está desenvolviendo a pasos agigantados, sin que aún sepamos del todo acerca de la dimensión de las rupturas con modelos tradicionales en los más diversos campos, incluyendo los de negocios y, por supuesto, los pedagógicos.

La primera revolución industrial tuvo una de sus bases en el uso del agua y el vapor para mover las máquinas que iniciaron la producción fabril moderna. La ruptura con los métodos artesanales por la vía de la producción a escala, la revolución en el transporte (ferrocarriles) y la fabricación de maquinaria y equipo, fueron algunas de las características de aquella. El hierro y, más tarde, el acero, se convierten en insumos fundamentales de la infraestructura productiva y de los bienes de capital.

La segunda se refiere al uso de la energía eléctrica para la producción en masa. Es una revolución que se asocia también al desarrollo de la industria química y al motor de combustión interna. (Lea: El uso del Learning Analytics para la mejora de la calidad de los ambientes de aprendizaje)

La llamada tercera revolución industrial se refiere al período que incorpora la electrónica y las tecnologías de la información y las comunicaciones en los ciclos de producción, distribución y consumo. La automatización en la producción es un rasgo típico de tal etapa.

Finalmente, la cuarta revolución, basada en la tercera, es la de la era digital, la conectividad móvil, las redes sociales, el “big data”, de la que apenas la humanidad está comenzando a percibir los profundos cambios que acarreará. (Lea: El museo como aparato en la Era del Big Data 1)

Una característica, según el Foro Económico Mundial consiste en que los límites entre los ámbitos físico, digital y biológico se diluyen gradualmente. Aunque está basada en la tercera revolución, la cuarta se caracteriza por la velocidad exponencial de los hitos de innovación, el amplio espectro en el que ocurren y el impacto que generan en múltiples sistemas, incluyendo los productivos, administrativos, de gobierno y educativos.

En un mundo en el que el número de conexiones móviles es ya superior a la población mundial (lo que no implica que todos los habitantes del planeta estén ya conectados entre sí), con capacidades inimaginadas de almacenamiento virtual y desarrollos inverosímiles hace dos décadas, que apuntan al acceso de la información y el conocimiento para miles de millones de personas sin importar dónde, cómo y cuándo lo hagan, los retos (y las oportunidades) relacionados con la forma en que nos educamos, son formidables. Robótica, inteligencia artificial, nanotecnología, biotecnología, producción 3D, ciencia de los materiales y la fusión, campos que, en mayor o menor grado se fusionan entre sí, marcarán rutas determinantes del conocimiento en las próximas d,a formacnamas en la red) ompetencia de procurar el acceso al conocimiento por sus medios.trasciende le espcaio de la educaciécadas.

Aunque el tema es de alta complejidad, hay hechos claros:

  • En un contexto en el que “Google lo sabe todo” lo relevante en la producción de bienes y servicios no será el conocimiento de los individuos sino lo que las personas pueden hacer con él.
  • Iniciativa, trabajo en equipo, liderazgo, son cualidades indispensables que niños y jóvenes deben adquirir en los procesos educativos, al lado de las llamadas “competencias del siglo XXI”. (Lea: ¿Qué son las competencias del Siglo XXI?)
  • La capacidad de auto-aprendizaje, de renovar en forma permanente las competencias propias, trasciende le espacio de la educación formal. De nada servirá la acumulación de títulos en el sistema formal de educación si los profesionales y técnicos no cuentan con la competencia de procurar el acceso al conocimiento (disponible en múltiples formas en la red) por sus propios medios.

La formación ciudadana es un requisito sine qua non en las economías contemporáneas: ciudadaos responsables (incluida la dimensión del medio ambiente) y concientes de sus deberes y derechos, solidarios, críticos de la calidad de los bienes y servicios en los mercados, por una parte, y de la transparencia en la gestión pública, por otra, son algunos de los aspectos relevantes de la nueva cultura ciudadana en la era digital en la que la humanidad incursiona.

Referencias

*World Economic Forum, The Fourth Industrial Revolution: what it means, how to respond, World Economic Forum, 2016

*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad estricta del autor.
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Escrito por
Consultor en educación
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Fabián Moisés Padilla De la Cerda
Gran Maestro Premio Compartir 2016
Logré que el aprendizaje del inglés se convirtiera en una alternativa para la construcción de un proyecto de vida y el mejor aprovechamiento del tiempo libre