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La Educación en el Guainía

La educación en el departamento de Guainía, al oriente de Colombia, se enfrenta a la disyuntiva de promover el conocimiento sin dejar de lado las raíces indígenas de la gran mayoría de sus habitantes.

Diciembre 4, 2015

La semana pasada estuve en el departamento de Guainía, conociendo la realidad educativa de una de las regiones más apartadas de nuestro país, que es a su vez una de las más ricas en recursos hídricos, ya que esta bañada por ríos como el GuaviareIníridaAtabapo y caños de Chiquito, Espina, Garza, Gente Vitina, Piaco y Pescado, que son la vía de transporte más importante y la única en algunos casos.

No les niego  que el hecho de viajar a este departamento en un comienzo no fue de mi total agrado, debido al imaginario colectivo que existe a su alrededor y la idea que dan los medios de comunicación de estas zonas del territorio nacional. Pero al pasar de las horas es muy grato compartir con una población conformada por un alto número por comunidades indígenas como los Cuinave, Coayaré, Piapoco, Curripaco, Merey y Sikuany, quienes viven su día a día entre el cuidado de la tradición cultural ancestral y el afán propio de la cultura occidental.

De ahí la importancia de saber educar en un contexto pluricultural, multiétnico y plurilingüe resaltando que no es un proceso fácil y que es muy complejo. Educar no es solamente instruir sino formar integralmente al individuo dentro de su contexto cultural.

El sol del mediodía calienta en lo más alto, como un tizón desde allá arriba. A la distancia se observan los Cerros de Mavecure (lugar turístico por excelencia), mientras Inírida permanece aletargada y vacía. Son casas con paredes de bahareque o tablas, techos de palma o zinc, rodeados por vías llenas mototaxis, probablemente para ir a alguno de los casinos improvisados en las esquinas donde se juega la suerte apostando mil pesos a un número cualquiera,  mientras sus habitantes calman la sed con gaseosa venezolana.

A esa hora los estudiantes rezagados  y con recuperaciones pendientes  de Instituciones Educativas como la Luis Carlos Galán Sarmiento,  La Primavera,  Los Libertadores,  Francisco Miranda del Paujil, José Eustacio Rivera y el Manuel Quintín Lame caminan por las calles pavimentadas y limpias de su capital, sin el afán del trancón, sin la conexión del celular y sin el peligro de ser agredido por ser hincha de x o y equipo de fútbol.

En una conversación corta que tuve con algunos de ellos, me contaron que para los mayores la educación era muy importante y que los motivaban para ir a la escuela pero que les insistían bastante en no perder sus raíces y tradiciones. Aunque hablan y entienden el español, prefieren comunicarse en su dialecto (en la región hay un poco más de diez dialectos) y el tema de la universidad no pasa mucho por su cabeza.

Les pregunté por la tecnología y aunque algunos tienen “faces” (abreviatura para perfiles en Facebook) y afirman que ya han visto tabletas en el colegio, no usan estas herramientas y además, el celular y los planes de datos son intermitentes, por ende, el internet es lujo que se dan muy pocos.

Para ellos lo importante es saber y poder trabajar con oro y con el mañoco (el oro de la selva) una harina grumosa que se produce a partir de la yuca amarga y que hay que saber manejar porque contiene cianuro y es preciso extraerlo antes del consumo. De la yuca se conocen más de 50 variedades, y para estas comunidades es el factor primordial que mueve su economía ya que en esta selva húmeda se cultiva durante todo el año.

Hablando con profesores de la zona, afirmaban que la educación en el Guainía, presenta muchos altibajos si se tiene en cuenta que en vez de ayudar a reafirmar la cultura del indígena, por el contrario tiende a confundirlos con todas las costumbres de los colonos.

De ahí la importancia de saber educar en un contexto pluricultural, multiétnico y plurilingüe resaltando que no es un proceso fácil y que es muy complejo. Educar no es solamente instruir sino formar integralmente al individuo dentro de su contexto cultural.

La reflexión que queda es sobre el papel juega la educación y las políticas educativas que fortalezcan  el proceso social que permita que estas comunidades  permanezcan  culturalmente con sus tradiciones, a través del fortalecimiento de la lengua nativa, las costumbres, tradiciones y valores propios, entre otros.

Ante esta realidad, es conveniente reflexionar si en las instituciones educativas del Guainía se cumplen estos requerimientos de lo que debe ser realmente la educación.
 

*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad estricta del autor.
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Jesús Samuel Orozco Tróchez
Gran Maestro Premio Compartir 2005
Senté las bases firmes para construir una nueva escuela rural donde antes solo había tierra árida y conocimientos perdidos.