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La investigación en educación. Retos en el Siglo XXI
Investigar no es hacer y cumplir un plan previamente fijado. Investigar es buscar, indagar, develar, desentrañar. Y para lograr eso lo importante es tener preguntas, buenas preguntas.
Cuando los maestros nos implicamos en procesos de formación de posgrado, desaprendemos, resignificamos, reconfiguramos y reaprendemos muchas cosas que hasta ese momento pensábamos que eran de una manera, pero en realidad son de otra. Por ejemplo, en la investigación no todo puede estar planeado con anticipación, pues perdería su esencia.
Nosotros en ocasiones presentamos proyectos de investigación que por la forma en que los estructuramos parecen proyectos productivos. Lo primero que debemos aprender en Colombia es a conceptualizar la investigación. ¿Qué es investigar? De ahí parte todo.
Investigar no es hacer y cumplir un plan previamente fijado. Investigar es buscar, indagar, develar, desentrañar. Y para lograr eso lo importante es tener preguntas, buenas preguntas.
Lo primero que hay que cambiar en Colombia para mejorar la calidad de la educación y de la investigación son los formatos que exigen las instituciones para planear la investigación. Son una camisa de fuerza. Las organizaciones educativas de talla mundial no investigan así, por eso hay que leer acerca de las maneras cómo hacen ciencia e investigan en otras latitudes.
Incluso un proyecto doctoral tiene mayor alcance que nuestros proyectos, y no tiene esa rigidez en los formatos.
Un proyecto de ingeniería no es igual que un proyecto de investigación social y educativa. El proceso investigativo en educación es hermenéutico, no es positivista, y por eso no todas las acciones investigativas tienen que estar previamente determinadas, porque son emergentes, surgen en el propio proceso de investigación.
Ahora comprendo a un colega de la universidad cuando critica a los administradores de la investigación. Esos formatos no los diseñan los investigadores, sino los administradores, y con eso entorpecen la dinámica de la investigación. Los maestros obedecemos y cumplimos las orientaciones “de arriba”, pero los afectados somos nosotros, los investigadores, “los de abajo”.
Hay actividades que se deciden en el proceso, emergen según la necesidad, no se planean antes. Todo depende del método de investigación utilizado. No existe un solo método científico. Existen decenas de enfoques y métodos de investigación. Y cada método tiene una dinámica diferente, flexibilidad, sin dogmatismo ni rigidez. Ya no estamos en la época de Galileo Galilei, que se practicaba sólo un método científico, establecido como universal para todas las ciencias y áreas del saber, sin tener en cuenta la realidad ontológica de cada una de ellas.
*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad estricta del autor.- 470 lecturas