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Medios digitales, educación e incertidumbre

La praxis educativa como espacio de reconocimiento y enseñanza desde la incertidumbre.

Abril 15, 2021

Las inquietudes, reflexiones y aproximaciones sobre las inmensas dudas que existen en torno a la realidad educativa en la cual nos encontramos inmersos, en medio de la cual, convergen variados y convulsos hechos que terminan interpelando los roles de todos los partícipes del sistema educativo.

La escuela no ha sido ajena a esta lógica de transformación en su quehacer formativo y su relación con sus actores cruciales, esto debido a que las actividades de educador, estudiante e instituciones de manera tripartita ahora se encuentran fuertemente afectadas por una serie de inquietudes en torno al futuro que parecen dilucidar una diáspora entre la enseñanza presencial hacia los espacios virtuales de educación, es decir, en demérito o sustituyéndola por las plataformas, software y escenarios asincrónicos de educación, comprendidos no sólo desde una interacción sincrónica cotidiana, si no robustecidos por los intercambios asincrónicos que robustecen y amplían la autonomía.

Desde luego, existen variadas relaciones entre el proceso formativo y educativo, no sólo inicial sino de formación básica, media e incluso superior, se reflejan allí desde intereses económicos hasta las necesidades educativas de diversas poblaciones que han venido demostrando nuevas relaciones con la institución educativa, representada no sólo en la escuela -como un espacio o lugar físico- sino en los diversos escenarios de aprendizaje tales como; teatros, bibliotecas o centros culturales, pareciese que las nuevas generaciones abordarán las tecnologías de información y comunicación con una familiaridad mayor a la que ya se esbozaba en la etapa histórico-social que antecedió a la pandemia.

Sin embargo, estas nuevas dinámicas de relaciones entre los miembros de la comunidad educativa, se desdibujan en medio de las dificultades existentes en cuanto al acceso, disposición de equipamiento y recursos tecnológicos que garanticen la posibilidad de conectarse, en el campo del docente los retos son más variados debido a que la transformación de praxis que comprendió el nuevo escenario de aprendizaje virtual, que requirió nuevos saberes del profesorado latinoamericano, a pesar de que como lo evidencia la UNESCO, la formación del cuerpo docente (como se cita en CEPAL, 2020) se vio enriquecida con la discusión y enunciación de herramientas digitales y aplicativos virtuales que permiten desarrollar mejor su labor desde la virtualidad, ejercicios de reflexión y socialización de saberes que han predominado en países como Colombia, México, Chile y algunas regiones de Argentina, en concreto sobresale la provincia de Buenos Aires, parecen ser insuficientes, por cuanto el profesorado de esta parte del mundo carece de las habilidades digitales y tecnológicas que le permitirían desarrollar de manera eficiente y proactiva su labor, desde el nuevo escenario virtual. 


Es probable que la actual coyuntura sanitaria permita iniciar un proceso que desde finales del siglo pasado el mismo Rodolfo Llinás reclamaba (como se cita en Peña y Otálora, 2018) esbozado como parte de la recordada misión de sabios de la década de los noventa en Colombia, desde su concepción el científico colombiano reclamaba un papel de la educación y formación académica como motor que incentivara la producción científica y el avance cualitativo de la tecnología, en cuanto a su aplicación y producción, en el contexto de los menesteres locales.

Esta conjunción de procesos, necesidades y retos que emanan de una serie de deudas históricas en disposición de recursos y acceso a medios de comunicación tributan en una amplia discusión que alimenta las ya existentes desigualdades sociales que se extienden en el país, las cuales se conjugan con nuevas y apremiantes retos en la profesionalización del docente, quien en la coyuntura que afronta el mundo y con mayor preeminencia ha desdibujado su papel como un profesional ligado únicamente al aula, por otro que apela a medios electrónicos y realidades virtuales de aprendizaje como Moodle, campus virtuales y classsroom de google que tributan a encarar el inmenso desafío que deparó la irrupción de una crisis sanitaria en las aulas de clase. 

A pesar de la pertinencia y necesidad de estas nuevas formas de comunicación, la humanización de este tipo de escenarios formativos es un factor crucial, en todo proceso de enseñanza, además las nuevas dinámicas de interacción entre el docente y estudiante parecen requerir más que el simple acople de saberes teóricos, conceptos, formulas o referentes que yacen en documentos, en cambio tal como lo esboza Morin, pareciese que ante la ambivalencia del mundo, en conjunto con las bases de datos y escenarios de consulta e información es absolutamente pertinente enseñar para la incertidumbre, aprendiendo a entender esta transformadora práctica como un punto de partida de las interrogantes del universo, es decir, desde esa acepción de la incertidumbre se empezará a diseñar el papel del docente que empresa los desafíos emanados de la pandemia del Covid-19. 

Referencias

CEPAL-UNESCO (2020) La educación en tiempos de la pandemia de COVID-19 https://www.cepal.org/sites/default/files/publication/files/45904/S20005...

Peña, F. y Otálora, N. (2018). Educación y tecnología: problemas y relaciones. Pedagogía y Saberes, (48) 59-70 http://www.scielo.org.co/pdf/pys/n48/0121-2494-pys-48-00059.pdf

Plàyet, J. (2016, marzo 5) Educar para las incertidumbres. La Vanguardia. https://www.lavanguardia.com/vida/20160226/4023169016/formacion-educacio...

 


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Escrito por
Licenciado en Ciencias Sociales y Magíster en Educación, Docente.
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