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Pedagogía y verdad: una visión desde el aula

La enseñanza se ha convertido en algo distinto y nuestra sociedad aún no ha asimilado la nueva situación de nuestro sistema educativo.

Agosto 23, 2019

En Colombia, cuando corrían los años noventa, el gobierno de César Gaviria eliminó la asignatura obligatoria de Historia en las aulas. La reemplazó por la de Ciencias Sociales, que se fusionó con Geografía y Democracia para darles relevancia a otras áreas, como tecnología o inglés. Así fue que esta disciplina dejó de tener una presencia predominante en los colegios y un lineamiento definido y apropiado. Los historiadores coinciden en que el conocimiento en el país de esta disciplina es precario, sesgado y circunscrito a hechos puntuales simbólicos. Se trata de una enseñanza basada en el aprendizaje de un cúmulo de datos desligados, inmediatistas y heroicos, más que en una visión integrada, que articule el pasado con sus consecuencias en el presente.

¿Se debe enseñar la historia reciente en el colegio?

La categoría historia reciente se impuso fundamentalmente en el siglo pasado después de la Segunda Guerra Mundial y de las dinámicas generadas luego de los procesos de descolonización. Su utilización parte de la necesidad social de retomar la comprensión de los fenómenos traumáticos que sucedieron, sobre todo a raíz de los conflictos sociales y bélicos, y de las versiones que a través de los años se transmitieron sobre las relaciones entre vencedores y vencidos, sobre todo las que buscaron reivindicar el lugar de las víctimas.

Según la Ley 1874 del 27 de diciembre de 2017, se restablece la enseñanza obligatoria de la historia de Colombia como una disciplina integrada en los lineamientos curriculares de las Ciencias Sociales en la Educación Básica y Media.

Según la directora de Calidad para la Educación Preescolar, Básica y Media del Ministerio de Educación, “El objetivo de la ley es hacer evidente la enseñanza de la historia de Colombia como una disciplina integrada a las ciencias sociales y que los estudiantes tengan como referencia el contexto cultural, geográfico, y político para formar ciudadanos que transformen el presente y el futuro, a partir de la comprensión crítica del pasado para no repetirlo”.  La historia nacional es, sin duda, una dimensión fundamental en la construcción de la nación. Dicha historia debe incluir el estudio de los acontecimientos del pasado en su relación con el presente y una serie de procesos que se han desplegado en el tiempo, en el marco de causas de orden social, político, económico y cultural. Asimismo, la historia nacional debe incluir el estudio de los distintos actores sociales, quienes desde su vida cotidiana han jugado algún papel en las formas de producción, reproducción y transformación del orden social.

¿Cómo? 

Debe enseñarse desde su relación con la vida económica, religiosa y social. Además de enseñarla mejor, hay que desarrollar materiales educativos de alta calidad, sobre excelentes biografías de personajes, que se estudie a los desplazados, a los movimientos campesinos, a las revueltas populares y que ayude a comprender el origen del odio en nuestra sociedad y la manera como la violencia y sus diferentes expresiones han profundizado las desigualdades las cuales han impedido el desarrollo social y económico del país, donde la verdad debería ser el pilar de una sociedad deshumanizada. 

¿Cómo se discierne la verdad en un mundo en el que hay tantas fuentes de diferente calidad e intenciones?

El hombre desde que nace adquiere conocimiento, debido a las diversas necesidades que se le presentan en la vida, por instinto y basado en la experiencia sin teoría ni razonamiento. Este conocer empírico es también adquirido producto de la interrelación del hombre con la sociedad y su entorno; por lo tanto, es un conocer evolutivo y puede definirse como simple opinión que necesita ser comprobada a través de razonamientos lógicos, llegando al discernimiento de la verdad, para poder comprender, transformar o modificar procesos o leyes que regulan la naturaleza, la historia y hechos sociales, adquiriendo el conocimiento científico; el cual intenta hacer generalizaciones sobre los objetos, atendiendo exclusivamente a  elementos de los fenómenos relacionados entre sí; donde el hombre va organizando el saber, va superando las experiencias cotidianas, hasta llegar a un saber sistemático, ordenado, coherente, verificable, preciso, especializado y universal, desarrollando su pensamiento crítico sobre los hechos históricos recientes.  

¿Qué lenguajes usar en el aula para hablar de la historia reciente? 

De hecho, la historia la estudiamos y la enseñamos desde el punto de vista de la misma historia, basada en la descripción de las experiencias de la humanidad, por lo que es necesario partir de estrategias y del uso de recursos que permitan acercar a los alumnos al conocimiento histórico a través del manejo del tiempo convencional, para dar paso al tiempo histórico,  con el fin de desarrollar su pensamiento histórico a través del uso y manejo de las nuevas tecnologías, dándole paso a su creatividad y contextualizándolo con el manejo de información.

¿Es el desarrollo del pensamiento crítico una ruta para construir o aportar a la verdad? Si es así, ¿Qué papel juega la pedagogía en la construcción de la verdad? y ¿cómo?

Ser crítico es ser capaz de asociar la información que nos llega con su significado a un nivel tanto superficial como profundo, así como las implicaciones que dicha información tiene con respecto al resto de la realidad,cualquier experiencia basada en la verdad propiciará que la suma de los intereses individuales confluya hacia el interés colectivo. 

Desde el punto de vista de la pedagogía, se busca   fomentar una convivencia social y democrática basada en el respeto a los derechos humanos y en la resolución de los conflictos por la vía del diálogo, haciendo del aula un espacio en el que las reflexiones sobre el pasado reciente contribuyen a la formación de una ciudadanía crítica, empática y comprometida con la construcción de la paz, a través de la sistematización de eventos relacionados con el conflicto histórico.  

¿Cómo debe cambiar el sistema educativo para no perpetuar las condiciones que llevaron al conflicto? 

La enseñanza se ha convertido en algo distinto y nuestra sociedad aún no ha asimilado la nueva situación de nuestro sistema educativo. El cambio social hace que, cada vez más, un número creciente de individuos experimente un fuerte desconcierto al descubrir que las cosas ya no funcionan como antes, que las realidades conocidas han sido barridas y sustituidas por otras, en las que no saben muy bien cómo desenvolverse. Por consiguiente, esta dinámica de cambio social nos obliga a pensar en la educación y en nuestro sistema educativo desde una perspectiva distinta, que nos conlleve a una verdadera inclusión de todos los actores del conflicto y a la población en general en busca de un país con nuevas ideologías, basadas en valores como el respeto, la tolerancia, la humildad entre otros.

 


Imagen de Rafael Socarras en Pixabay

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Escrito por
Maestra finalista Premio Compartir 2019. Docente I.E Los Garzones, Montería, Córdoba, Colombia
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Jesús Samuel Orozco Tróchez
Gran Maestro Premio Compartir 2005
Senté las bases firmes para construir una nueva escuela rural donde antes solo había tierra árida y conocimientos perdidos.