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¿Qué escribir en el día internacional de la mujer?

Perspectivas sobre la equidad de género y laboral como motores para la construcción de una sociedad más equitativa.

Marzo 9, 2015

“Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, instamos a los países a “dar el paso” por la igualdad de género con un progreso sustancial de aquí a 2020. Nuestro objetivo es alcanzar un Planeta 50-50 antes de 2030”. Phumzile Mlambo-Ngcuka. Directora Ejecutiva de ONU Mujeres

¿Si hubiera nacido y vivido como hombre, qué escribiría para la celebración del día internacional de la mujer? ¿Qué escribiría este año, teniendo en cuenta que Naciones Unidas lo celebra bajo el lema “Reconsiderando el empoderamiento de la mujer y la igualdad de género en 2015 y más allá”?

Escribiría sobre la discriminación de género. Me gustaría denunciar que los hombres son tan víctimas de la discriminación de género como las mujeres. Y aunque algunos hombres aseguren que hay miles de ejemplos sobre los que se puede escribir, para mí la tarea no fue tan fácil.

Y no lo fue, no porque no crea en la discriminación en contra de ellos, sino porque demostrarla con argumentos contundentes e irrebatibles es una tarea titánica en una sociedad que ha sido construida por hombres y para hombres.

En otras palabras, creo que la discriminación de género en contra de los hombres es bastante reducida y mucho más si se compara con la que sufren las mujeres. No obstante, logro imaginar lo mucho que odiaría ser hombre cuando:

  1. Fallaran a favor de mi ex esposa al momento de definir la tenencia de los hijos, por el simple hecho de que ella es la mamá (inclusive si las condiciones que ella les brinde no sean las más favorables para los niños)
  2. Tuviera que trabajar 5 años más para pensionarme.
  3. Tuviera que morir ahogado mientras evacuan primero a las mujeres, solo porque son mujeres.

¿Y qué escribiría para este día desde mi perspectiva de mujer? La respuesta en este caso es muy fácil. Hay miles de cosas para denunciar. Las mujeres somos discriminadas por los hombres y, peor aún, somos también discriminadas por las mujeres.

No solo hay discriminación de género, sino poca solidaridad de género.

Y para equiparar mi perspectiva masculina, menciono solo tres situaciones en las que considero que soy discriminada por ser mujer:

  1. Cuando mi salario es menor que el de un hombre que ocupa un cargo similar, tiene la misma formación y obtiene los mismos resultados.
  2. Cuando fallan en mi contra basados en mi manera de vestir o de sonreír.
  3. Cuando la variable “tiempo dedicado a la crianza de los hijos” es tenida en cuenta para considerar el tiempo laboral disponible  de una mamá y no el de un papá.

¿Y qué escribiría desde una perspectiva diferente a la de género? Escojo entonces mi perspectiva profesional y escribo desde mi convencimiento de la importancia de la educación para todos en la construcción de una sociedad, y de la necesidad, por lo tanto, de contar con maestros de la más alta calidad.

Basándome en el capítulo 5 del estudio de la Fundación Compartir, Tras la Excelencia Docente. Cómo mejorar la calidad educativa para todos los colombianos señalo algunos hechos que considero discriminatorios para los docentes si se comparan con los profesionales de las carreras más valoradas en Colombia (economistas, abogados, médicos e ingenieros):

  1. El salario mensual promedio de los docentes públicos en Colombia es 18% menor que el salario mensual promedio de esos otros profesionales.
  2. Los docentes oficiales hombres ganan un 30% menos que los hombres de las otras profesiones.
  3. La diferencia salarial promedio para el caso de las mujeres es de 9% en contra de las maestras.
  4. A lo largo de la vida productiva, los profesionales no docentes incrementan en términos absolutos más sus ingresos que los docentes.

Es importante aclarar que el hecho de que la diferencia salarial que hay entre las mujeres sea menor que la que hay entre los hombres no implica que las mujeres docentes sean mejor remuneradas que los  docentes hombres. Lo que demuestra es que las mujeres no docentes, como todas las demás mujeres, son peor remuneradas que sus pares hombres.

Y para finalizar quiero escribir desde mi condición laboral: una mujer que trabaja para contribuir a construir un país equitativo. En estos últimos renglones quiero manifestar mi total rechazo a la discriminación, cualquiera que ella sea, y quiero reivindicar tres derechos:

  1. El derecho que tienen los hombres y las mujeres de ser tratados igual.
  2. El derecho que tienen todos los ciudadanos de recibir una educación de calidad.
  3. El derecho que tiene una Nación de dar un tratamiento preferencial a aquellos docentes, hombres y mujeres, que cumplen de manera excelente con  su deber de formar a los ciudadanos: los maestros. 
*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad estricta del autor.
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Escrito por
Economista experta en educación.
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Laura María Pineda
Gran Maestra Premio Compartir 1999
Dar alas a las palabras para que se desplieguen por la oración y vuelen a través de los textos para que los estudiantes comprendan la libertad del lenguaje.