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Regreso, gradual y progresivo a la escuela: la alternancia pedagógica

Regreso, gradual y progresivo a la escuela: la alternancia pedagógica.

Septiembre 8, 2020

En Colombia completamos casi 6 meses de aislamiento obligatorio, el cual terminó como tal, para todo el país, el pasado 1 de septiembre, sin embargo, para la escuela, el aislamiento sigue presente, y se ha dejado en manos de cada gobernante regional o local, tomar le decisión del regreso o no a la presencialidad en las aulas.

El gobierno nacional propuso un regreso en alternancia hace un buen tiempo, y para ello al 1 de agosto, se debía tener ideas o estrategias para hacerlo, el resultado: la mayoría de entidades territoriales dijeron que no regresarían, sin presentar argumentos técnicos o profesionales y por lo tanto se presume que lo hicieron a partir de razones emocionales, o políticas, y con ello tener contentos a muchos.  Prefirieron eso, que realizar estudios serios y concretos para determinar qué quiere la comunidad y qué se debería hacer, teniendo como centro de la discusión el derecho a la educación y la necesidad y deseo de nuestros estudiantes. 

Era más fácil seguir la corriente fácil de decir no, que dedicar tiempo, equipos de expertos y recursos para diseñar la estrategia, y por lo tanto la decisión es cerrar las puertas a la alternancia y esperar que pase la pandemia, para regresar a la escuela, cuando “no haya ningún peligro”, pero… ¿cuándo sucederá eso?, ¿Qué va a pasar con el peligro de caer en pobreza del aprendizaje?, ¿Qué respuesta le damos a quienes ya quieren y sobre todo necesitan regresar?, ¿Cómo lograr reactivación económica, cuando muchos padres de familia están haciendo el papel de educadores, además de  progenitores y su propia labor profesional o de oficios?, ¿cómo se garantiza la educación a aquellos estudiantes que hoy, luego de seis meses de aislamiento no han tendido contacto con sus maestros?; ¿Cómo resolver las necesidades de refuerzo a ese porcentaje de estudiantes que manifiestan no estar aprendiendo adecuadamente?, ¿Cómo garantizar que se puede “recuperar” el tiempo perdido en habilidades sociales y emocionales?

En muchas partes se escucha con fuerza, la voz de “no a la alternancia”, pensando más en su propio interés y menos en el interés superior del niño, llegando incluso a no aceptar, ni siquiera leer o analizar propuesta alguna; si se realizara un estudio acerca de la calidad, cantidad, pertinencia y eficacia de la educación que se está ofreciendo en este momento, podríamos salir, como país, como instituciones y como maestros rajados: convirtiendo el proceso educativo en el lugar común de solo entregar guías y luego recibirlas y muy poco contacto con los estudiantes y padres de familia, una madre de familia me decía uno de estos días que al llamar a su profesora a preguntarle por una duda, la maestra le dijo, mamita, si no entiende el tema, lo puede buscar por google. En esta parte quiero aclarar:  hay casos en los que el maestro tiene gran dedicación y desarrolla su labor con todo entusiasmo, incluso dando mucho más de lo que les corresponde, a ellos el país debería valorarles su capacidad de transformación, entrega y creatividad, en medio de la situación pandémica.

Ojalá no me sacrifiquen por este escrito, y repito, hay casos de gran éxito, en situaciones individuales o institucionales, pero creo que necesitamos ser conscientes de la realidad que debemos afrontar, y lo mejor es preparar el regreso a clases, algo que tarde o temprano tendremos que hacer, pero este regreso debe ser de forma inteligente y segura.

La Asociación de rectores y directores del Putumayo (ASODIDP), con el apoyo técnico de la Fundación SIGE y el auspicio del Departamento del Putumayo, realizó un estudio (con un 1% de margen de error y 99% de confiabilidad), sobre la población educativa del departamento, en el que encuestó a más de   17.000 familias (24%), 2253 docentes y administrativos (54%), 172 sedes (18), que arroja luces importantes para definir estrategias de regreso a clases.

Pero antes, es muy importante aclarar qué significa alternancia para nosotros, y lo primero que se debe señalar es que NO ES SINÓNIMO de regreso inmediato a clases, por el contrario, es comprender que hay una franja de estudiantes que quieren regresar a la escuela y otra mucho más amplia cuyos padres de familia no los enviarían, y por ello la alternancia significa la estrategia que permita desarrollar acciones para ofrecer un trabajo escolar en casa con calidad y desarrollar acciones presenciales paulatinas que nos lleven finalmente a lograr un retorno gradual y progresivo a las aulas.  Ello nos lleva a poder dar respuesta a: ¿Cómo mantener y mejorar la educación en casa?; ¿Cómo atender a los que van al aula sabiendo que un modelo convencional es poco operativo?; ¿Cómo retornar gradual y progresivamente a la presencialidad? En palabras de ASODIDP, el estudio “no busca generar una falsa disyuntiva entre escoger entre el derecho a la vida y el derecho a la educación”, sino que pretende dar un aporte a las autoridades educativas para evaluar de forma técnica los riesgos, salvaguardar la salud y evitar que se detenga el aprendizaje.

El estudio arroja que el 97% de los estudiantes gozan de buena salud y el 95% no tienen enfermedades comórbidas, así mismo concluye que el 19% conviven con personas mayores de 70 años o con comorbilidades; por su parte un 12% de maestros tienen más de 60 años y el 30% presentan enfermedades comórbidas, el 18% manifiestan no están saludables en este momento y el 26%  conviven con personas mayores o con enfermedades; lo anterior lleva a concluir, que el 10.2% de la comunidad educativa NO puede regresar por ahora a la escuela por los factores anotados.

No obstante, lo anterior, a pesar de que podría regresar un 89.8% de los estudiantes y maestros, nos encontramos que ese número se reduce drásticamente cuando revisamos las condiciones negativas de la escuela, con relación a logística, recursos y personal (69%); Aseo y desinfección (84%) Transporte bioseguro (86%), Alimentación biosegura (71%) y zonas de aislamiento (92%).  Datos que nos permitir deducir que, en estas condiciones, solo el 25% podrían regresar a las aulas, por temas de capacidad física (2 Mts2) por estudiante, sumadas a las condiciones inexistentes de bioseguridad, el aforo final, no pasaría del 20 %, sin embargo, según el estudio, sólo el 11% de los padres de familia manifestaron que desean y piden el regreso de sus hijos a la escuela.

Frente al anterior panorama regresaría el 11% de los estudiantes, pero ¿qué tan adecuadas son las condiciones para el 89% de los estudiantes que permanecerían en educación remota? esta es la pregunta que centralmente pretendía responder el estudio y allí se encontraron varias oportunidades de mejora.

Antes de plantearlas, y teniendo en cuenta que el grueso de estudiantes seguirá con su aprendizaje desde casa, con mediación de las tecnologías, se consulta acerca de las condiciones particulares para garantizar un efectivo aprendizaje, y nos encontramos con los datos de las gráficas siguientes, que dan muestra de las grandes dificultades que tienen nuestros estudiantes: 

Lo anterior nos lleva a asegurar que el 48% de los estudiantes estarían en riesgo de pobreza en el aprendizaje (Banco Mundial, 2020). Sin embargo, 52% de quienes afirman que aprenden se basan en la percepción y no en pruebas objetivas, así que la propuesta incluye tres grandes iniciativas: 1) Mejorar el aprendizaje remoto y 2) Evaluar la pobreza en el aprendizaje y 3) Regresar de forma gradual y progresiva a la escuela.

Para mejorar el aprendizaje remoto, es necesario desarrollar varias, que se resumen en una depuración del currículo para seleccionar contenidos básicos, fundamentales e imprescindibles; disponer de un LMS para trabajar las competencias básicas (áreas fundamentales), en un espacio que puede ser mediado por alguna de las plataformas ya existentes como Moodle o Class Romm o a través de las misma páginas web de las instituciones o en ultimas con recursos como WhatsApp;  realizar una curaduría de contenidos digitales para generar un repositorio concreto  de contenidos abiertos; imprimir materiales y enviarlos a las casas  de los alumnos, y ajustar o fortalecer todo lo anterior de tal forma que sea acorde con el M-Learning.

En el tema de Evaluar la pobreza en el aprendizaje, es muy importante que sepamos dónde estamos y cómo vamos avanzando, por ello se propone crear una batería de pruebas basadas en los DBA desde grado 1º a 11º, y aplicar estas pruebas a través de sistemas de M-Learning, y luego de revisar los resultados, proponer un plan flexible de nivelación, todo lo cual aplica sólo para asignaturas de competencias duras como lenguaje, matemáticas, ciencias sociales y naturales, inglés, las demás asignaturas de competencias blandas deben tener otro tratamiento más cualitativo y psicoemocional.

Y para favorecer un Regreso de forma gradual y progresiva a la escuela, se plantea una propuesta novedosa, que en un escenario como el del Putumayo con 71051 estudiantes, pero que aplica para cualquier lugar del país, el regreso se vendría iniciando a finales del 2020 o comienzos del 2021 con no más del 11% de los estudiantes y en forma gradual y progresiva llevaría a contar con el 100% de presencialidad hacia julio o agosto de 2021, para lograrlo, se inicia con trabajo en casa  totalmente hasta diciembre, en enero se comienza con trabajo en casa y multigrados, luego se combina el trabajo en casa con encuentros periódicos, más adelante se va haciendo progresión por grados con mayor porcentaje de trabajo en casa y hacia junio de 2021 ya la presencialidad sería de la mayoría de estudiantes y el resto con trabajo en casa, hasta alcanzar el 100% de presencialidad

 

Para lograr el trabajo multigrado o encuentros periódicos, se requiere desarrollar una estrategia  de atención a estudiantes, que rompa con el concepto de grado o grupo, por ello las primeras asignaturas que estarían llamadas a iniciar el trabajo en presencialidad serían las de artística, ética, educación física y religión, porque con ellas se puede desarrollar actividades en lugares amplios de la institución, sin recurrir a los salones de clase, y teniendo estudiantes sin importar el grado que estén cursando, por ejemplo, para realizar una actividad artística, como la pintura, no importa de qué grado, o edad sea el estudiante, puede estar en mismo lugar desarrollando tareas parecidas. 

 Allí hay una muy buena propuesta para el país, que espera la oportunidad del MEN, de las autoridades regionales, para explicar sus alcances y apoyar este tránsito que debemos ir haciendo hacia la normalidad, que al final nos llevará a regresar al mismo edifico, pero no a la misma escuela.

 


Imagen Jeffrey Hamilton on Unsplash

*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad estricta del autor.
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