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Ser pilo paga, nos paga a todos

La integración de una sociedad fragmentada por la desigualdad solo se logrará a través de una educación igualitaria para todos.

Abril 25, 2015

Ser pilo paga no es sólo una herramienta del Gobierno Nacional que garantiza que los estudiantes en condición de vulnerabilidad y con mejor desempeño académico, tengan la oportunidad de continuar sus estudios en universidades públicas o privadas, reconocidas y con excelentes pensum en diferentes carreras, es también un programa que en su lógica logra la integración de una sociedad divida. Logra que estudiantes de todas las condiciones socioeconómicas se agrupen en torno al objetivo más importante de cualquier comunidad: la educación.

En este sentido la oportunidad no sólo se la están dando a quienes por un albur del destino nacieron en hogares sin privilegios económicos, se le está dando también, a quienes nacieron en cunas de oro. Es la oportunidad de entender que el mundo, en su gran mayoría, tiene gente que lucha cada día por subsistir; que en muchos casos el largo plazo no existe, porque es el día a día el que consume sus más importante necesidades.

Y bien, así lo creo, no es otra herramienta sino la educación la que nos puede salvar a todos de una gran hecatombe.

En este orden de ideas, es el programa perfecto para trabajar en torno a la construcción de un futuro muy diferente al que hoy tenemos. De labrarnos un destino ajeno al de nuestros antepasados, quienes segregaron en su momento a nuestra sociedad entre negros, blancos y mestizos, españoles, hijos de españoles nacidos en Colombia o entre liberales y conservadores. Es el momento de reflexionar sobre lo que ocurre en la Habana, más allá del mero miedo por la llegada de las FARC al poder; es el momento de saber a ciencia cierta que la lucha armada además de estar promovida por el peor de los males de nuestra tierra, el narcotráfico, también ha encontrado eco en la injustica, en la inequidad y las desigualdades que nos aquejan todos los días.

Resulta entonces paradójico que empiece hablando en esta Columna de un programa específico, pase después a la injusticia social y luego a los diálogos de la Habana tratando de buscar un hilo conductor que lo ate todo. Y bien, así lo creo, no es otra herramienta sino la educación la que nos puede salvar a todos de una gran hecatombe. Es necesario reflexionar sobre lo que significa ser uno de los países más inequitativos del mundo, es necesario entender que la pobreza se perpetua mediante las miles de trampas que tiene el Estado y la sociedad. Y por esto, es imprescindible que demos las herramientas para que la movilidad social no sea una utopía, sino un espacio que se puede lograr por aquellos que tengan el mérito de ser los mejores, los mejores estudiantes, los mejores profesionales, los mejores trabajadores, los mejores emprendedores.

Cuando empecemos a exigir a todos los ciudadanos ser los mejores, dejaremos de lado el esquema de palancas, podremos reducir la corrupción, es probable que tengamos a los mejores políticos, y ahí es cuando podríamos empezar a hacer realidad la gran premisa de nuestra Constitución Política, el bien común sobre los intereses individuales.

Cuando tengamos a una sociedad educada, bajo un sistema de calidad, inclusión y desarrollo de las capacidades que todos tenemos, ese día podríamos hablar de una Colombia en Paz, de una Colombia capas de desafiar al mundo con su diversidad, con sus dos océanos, con sus bosques y con su gente.

Ser Pilo Paga, nos paga a todos. Nos paga a todos porque quiebra los esquemas elitistas bajo los cuales hemos venido estudiando y nos desafía a deshacernos de la caja para mostrar que los privilegios no se deben perpetuar ad honorem, sino que deben probarse mediante el esfuerzo, la dedicación, el liderazgo y la capacidad de cambio. Es el momento de recibir a esos estudiantes que lejos de haberlo tenido todo, no han tenido nada, y que con un esfuerzo personal han logrado entrar a Universidades como los Andes, Javeriana, Rosario, y que probablemente vienen de zonas rurales que poco o nada tienen que ver con la fría capital de cemento. Entonces la adaptación, el lograr que se sientan cómodos y empoderados con esta nueva oportunidad, también depende de quienes lo hemos tenido todo por un albur del destino.

*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad estricta del autor.
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Henry Alberto Berrio Zapata
Gran Maestro Premio Compartir 2007
Empaqué en el equipaje de viaje de los estudiantes la herramienta más importante para cualquier destino: los argumentos.