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Un plebiscito por la paz en nuestras escuelas

Una gran idea para hacer de la paz el centro de la vida escolar.

Marzo 2, 2016

La idea no es mía, la propone el profesor Miyer Pineda, nominado al premio Compartir 2015. Un convencido del poder de la escuela como espacio de renovación social que ha emprendido una cruzada silenciosa desde su humilde escuelita en el sector rural de Duitama, Cundinamarca, para incluir en las elecciones de gobierno escolar un plebiscito acerca del fin del conflicto armado en el país.

En su blog, el profesor Pineda explica su idea: no se trata de organizar la pregunta, realizar el plebiscito y ya; la propuesta contempla previamente unos elementos pedagógicos de reflexión en torno al papel que juegan la guerra y la paz en las vidas de los estudiantes, de modo que sean capaces de calcular la inutilidad de una y de imaginar las ventajas que traería la otra.

En la concepción del proyecto subyace la idea de que la escuela está en la obligación de formar jóvenes con criterio propio, responsables en torno a las decisiones que, como próximos ciudadanos, deben saber tomar y que allí se deben propiciar espacios pedagógicos para el conocimiento, análisis y protección de la vida y los derechos humanos.

Algo que me llama mucho la atención de la propuesta es que, si bien tiene como coyuntura las negociaciones de La Habana, va mucho más allá y con eso evita la absurda confrontación entre los “amigos” y “enemigos” de la paz que se da entre la clase política actual y que reproducen con gran aspaviento los medios de comunicación.

La pregunta sería la siguiente: ¿Está de acuerdo en ordenarle a todos los políticos, y a todos los frentes de violencia que tiene nuestro país, que cesen las hostilidades y los enfrentamientos, y se sienten a dialogar hasta que logren llegar a acuerdos que nos permitan vivir en paz? 

la propuesta contempla previamente unos elementos pedagógicos de reflexión en torno al papel que juegan la guerra y la paz en las vidas de los estudiantes.

El plebiscito escolar también está en plena concordancia con la ampliación de los cargos del gobierno escolar que ha venido aumentando en los últimos años: ahora los estudiantes no escogen solamente a sus representantes de salón y grado, y su personero; también al contralor y en algunos colegios ya están eligiendo cabildantes que, en teoría, permanecen en contacto con los concejales de la ciudad.

De esta forma, un plebiscito por la paz bien planeado y ejecutado entraría también a refrescar aún más el panorama de los mecanismos de participación estudiantil siempre tan necesarios en nuestras instituciones educativas

“La escuela no sirve de nada si no intentamos llevar el saber a la calle”, asegura el profesor Pineda, y con esto lanza el reto a los profesores del país para realizar en sus colegios este plebiscito como una manera de empoderar a los estudiantes de su derecho a informarse, a reflexionar en torno a la sociedad en la que viven, a su futuro próximo como ciudadano de este país.

La invitación no se queda ahí: sería interesante que en el Ministerio de Educación analizaran este planteamiento y ojalá se decidieran a implementarlo como una muestra más de la necesidad que el país tiene de conseguir soluciones dialogadas al conflicto.

Adendo: Siento una gran alegría por los rectores y los maestros nominados al premio Compartir 2016. Se merecen ese reconocimiento por la implementación y la reflexión constante acerca de su práctica pedagógica. Profesores como ustedes son los que necesitamos para ser una mejor sociedad.

*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad estricta del autor.
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Melva Inés Aristizabal Botero
Gran Maestra Premio Compartir 2003
Abro una ventana a los niños con discapacidad para que puedan iluminar su curiosidad y ver con sus propios ojos la luz de la educación que hasta ahora solo veían por reflejos.