Valores, tecnologías emergentes y destrezas para el 2020

Se requieren personas con herramientas de juicio de amplio consenso para que el resultado de su ejercicio profesional sea beneficioso para la humanidad.

Julio 21, 2016

En los convulsos días que vive el planeta, es difícil obtener aire fresco. Las situaciones conflictivas globales y locales se entremezclan y se funden en un solo agobio. Uno desearía identificar soluciones alternativas a los indeseados problemas que nos rodean, pero como que esos últimos están por todas partes.

Es frecuente la apología de las tecnologías por su potencial impacto para mejorar la competitividad, la productividad y la calidad de vida de la humanidad.

Una eventual salida para orientarnos y encontrar la luz al final del túnel podría hallarse apoyándonos en las tecnologías. La razón es que es frecuente la apología de éstas por su potencial impacto para mejorar la competitividad, la productividad y la calidad de vida de la humanidad. A la par de estas posturas corre la posición de darle prioridad a la educación en las competencias STEM. Esto es, en ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas.

Para revisar esta opción recurrimos ahora al Foro Económico Mundial (FEM), una instancia internacional que reúne a influyentes actores del panorama global. Sus informes son analizados tanto por quienes lo apoyan como por quienes lo adversan. Estos están basados en información confiable procesada por personas acreditadas. Las diferencias en las valoraciones que se pueden hacer de los productos del FEM se localizan en las premisas de las que parten para su realización, conceptual y metodológicamente.

Como es conocido que las más importantes empresas tecnológicas participan en este Foro, luce pertinente revisar algunos de sus pronósticos sobre el futuro que nos están acercando las tecnologías.

Recientemente el FEM publicó la lista de las 10 nuevas tecnologías que cambiarán el mundo en el año 2016[1]. En apretada síntesis éstas son:

1. Internet de las nanocosas (el desarrollo de elementos minúsculos que interactúan desde el interior de los seres vivos; se anticipa que tendrán enorme impacto en la medicina, entre otros ámbitos)
2. Almacenamiento de energía en escala de red (para almacenar energía renovable en gran escala)
3. Cadena de bloques (Blockchain, base de datos descentralizada donde las transacciones son seguras y verificadas, como la empleada en las monedas digitales tipo Bitcoin)
4. Materiales 2D (resultan más económicos y podrían ofrecer mejoras radicales para la energía solar y reducir la contaminación del aire)
5. Vehículos autónomos (ya están siendo comercializados)
6. Órganos en chips (para la experimentación de nuevos tratamientos sin riesgo de vidas)
7. Células solares de Perovskita (mucho más eficientes para la producción de energía limpia)
8. Ecosistema abierto basado en inteligencia artificial (interpretación del habla, de textos, del comportamiento financiero y de las condiciones de salud para dar asistencia y apoyo a los humanos)
9. Optogenética (activación y desactivación de neuronas con precisión sin precedentes)
10. Ingeniería metabólica de sistemas (biofactorías de productos químicos y materiales sostenibles que serán más amigables con el medio ambiente)

Alentador percibir que el cambio climático y las mejoras en las ciencias de la salud mantienen un alto perfil dentro de estas tecnologías emergentes. Pero también sabemos que estos avances no son neutros, sus bondades dependen de los criterios morales de quienes trabajen con estos recursos. De manera que se requiere procurar que quienes se desempeñen en estos campos estén provistos con herramientas de juicio de amplio consenso para que el resultado de su ejercicio profesional sea beneficioso para la humanidad. Ejemplos de lo contrario hay muchos y muy famosos.

Recientemente el FEM publicó la lista de las 10 nuevas tecnologías que cambiarán el mundo en el año 2016.

Busqué alguna propuesta que atienda a la necesidad de darle contenido moral a la educación entre los informes del mismo FEM. Hacerlo dentro de la misma base documental del Foro es una manera de validar el grado de consistencia de sus diversas iniciativas.

En efecto existen varios informes vinculados a la temática: tecnologías-educación-empleo. Uno que considero muy relevante es el que publican como “The 10 skills you need to thrive in the Fourth Industrial Revolution”[2]. Llaman “cuarta revolución industrial” a la que viene impulsada por las tecnologías en expansión (las ya difundidas en lo cotidiano de personas y organizaciones) más el impacto de las emergentes (las que pronto han de transformar radicalmente la forma de hacer las cosas). El término “destrezas” (skills) engloba tres categorías: alfabetizaciones fundamentales, competencias y cualidades de carácter. En total identifican 16 destrezas que se deben cultivar a lo largo de toda la vida.

En el referido estudio, mediante encuestas a gerentes de recursos humanos, se precisan las destrezas que desde esa perspectiva serían las de mayor demanda en el año 2020. Según este informe las más requeridas por los empleadores serán:

1. Resolución de problemas complejos
2. Pensamiento crítico
3. Creatividad
4. Gestión de personas
5. Coordinación con otros
6. Inteligencia emocional
7. Juicio y toma de decisiones
8. Orientación al servicio
9. Capacidad de negociación
10. Flexibilidad cognitiva

El término “destrezas” (skills) engloba tres categorías: alfabetizaciones fundamentales, competencias y cualidades de carácter.

Es una señal esperanzadora que en el TOP 10 estén destrezas enfocadas en el lado humanista de la educación. Se detecta un sensible desplazamiento de los acentos en el campo educativo hacia el fortalecimiento de los elementos que configuran en las personas un comportamiento moralmente consensuado sobre aquellos que privilegian la eficiencia y la efectividad.

El planeta y nuestros contextos locales, ante las críticas situaciones que confrontan, requieren de ciudadanos que se manejen con criterios incluyentes, abiertos a la diversidad. Que tengan instrumentos para explorar el mundo, comprenderlo y mejorarlo incorporando las características de sus respectivas circunstancias. Es una alternativa muy distinta al de simplemente hacerlo funcionar sin atender a los efectos que se pueden generar.