Columnas

En tiempos de crisis se hace necesario crear currículos y planes de clase flexibles, que partan de la concertación entre alumnos y maestros.

El aprendizaje en casa ha dejado ver varias problemáticas que en la enseñanza tradicional no se habían tenido en cuenta.

Esta época coyuntural es un buen momento para reflexionar sobre el papel trascendental que juega la escuela en la transformación humana.

“Necesitamos transformarnos, ver la escuela con una mirada más tecnológica, y el maestro, más arropado con su traje de mediador y catalizador”.

Los héroes en la atención de esta pandemia son los maestros, quienes han dado lo mejor de sí mismos y de su profesionalismo a pesar de las circunstancias.

A pesar de los esfuerzos que se han ejercido para implementar la educación a distancia, en Latinoamérica, no se tienen las previsiones necesarias para ejercer esta modalidad.

La suspensión de clases abre la posibilidad para el entendimiento compartido, desde tres conceptos claves para el crecimiento humano: la prudencia, el ocio y el pensamiento crítico.

Un virus diminuto que  ha puesto a pensar al mundo entero, una amenaza para la vida que nos obliga a modificar acciones y comportamientos.

Se requiere de una verdadera “revolución educativa rural” que inicie con el mejoramiento de la calidad de vida de los niños y las familias campesinas.

Separar por géneros es una práctica relativamente común en la educación nacional y mundial, pero ¿es realmente positivo el impacto de este modelo?